Ciudad de Panamá, 12 dic (EFE).- El Comité Panameño de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) informó este martes que avanza en la formación de una mesa técnica para vigilar el proceso de cierre de la gran mina de cobre en Panamá, que se encuentra paralizada y a la espera de un plan escalonado de clausura que evite, según alertaron, un desastre ambiental.
«Estamos en el proceso de definir. En la mesa lo que hacemos es vigilar que tengamos un cierre lo más cónsono con el ambiente y que evite daños a la población», dijo a EFE el presidente de dicho comité, el ambientalista Ricardo Wong.
La mesa está conformada por 101 personas de diferentes ramas profesionales, algunos de manera individual y otros en representación de organizaciones ambientales o sociales, universidades, centros de investigación entre otros, detalló en un comunicado el comité.
Fue convocada por UICN con el fin de «informar, acompañar, monitorear y estar vigilantes a los procesos de cierre de la actividad minera metálica en el país en cumplimiento de las disposiciones legales».
Ante la complejidad del proceso de cierre de la mina, la mesa, creada el pasado 22 de noviembre, ha formado grupos de trabajo en temas específicos como biodiversidad, gestión ambiental, recuperación y rehabilitación, legal y derechos humanos. Y desde este martes han comenzado la «labor de organización y discusión».
También se espera la participación de expertos internacionales en las próximas reuniones que puedan «ilustrar» a la mesa en cuanto a procesos del cierre de minas en otros países.
Las complicaciones del cierre
Wong explicó que cerrar esa mina a cielo abierto, la más grande de ese tipo en Centroamérica,»va a ser complicado y va a tomar años, esfuerzo de muchos y mucho dinero para recuperar esa área».
La mina Cobre Panamá ocupa unas 13.600 hectáreas de concesión en medio del denso bosque panameño del área de Donoso. En concreto, está dentro del Corredor Biológico Mesoamericano, una zona considerada de alta biodiversidad y donde al año llueve alrededor de «3.000 milímetros de agua», según Wong.
La geografía y el clima de la ubicación aumentan el riesgo de catástrofe ambiental si el cierre no es adecuado y escalonado, según admitió Minera Panamá, filial de la canadiense First Quantum Minerals. Se estima que el proceso tendrá un costo millonario y pueda tardar hasta 15 años, cumpliendo varias fases.
«Va a ser un problema porque el metal queda expuesto y reacciona con el agua convirtiéndola en ácida, que si llega a otras áreas tiene grandes impactos», adivirtó Wong.
Agregó que el área del relave (el conjunto de desechos del proceso minero mezclado principalmente por roca molida, agua y minerales) y el «hueco (cantera)» de la mina «es algo que hay que diseñar, ver cómo lo vamos a controlar para que ese derrame de ácido no sea algo que tengamos que cargar todos el resto de la vida».
Actualmente, la mina se encuentra paralizada bajo un plan de ‘cuido y mantenimiento’ después de que la Corte Suprema de Justicia declarara ‘inconstitucional’ el pasado 28 de noviembre el contrato que renovaba la concesión para su explotación y haber recibido una notificación del Gobierno para que finalizara todo tipo de operaciones.
El Gobierno ha hecho reuniones para detallar el plan de cierre, pero hasta el momento no hay comunicaciones oficiales del Ejecutivo ni de la minera sobre negociaciones para establecer cómo debe ser la clausura de esa mina.
Esta mesa es «independiente y neutral» y está «totalmente separada de la mesa técnica u otras instancias similares que por ley le corresponde al Gobierno establecer para el seguimiento del cierre de la mina», según el comunicado.