Buenos Aires, 13 dic (EFE).- Argentina reaccionó este miércoles a las primeras medidas de «shock» del Gobierno de Javier Milei con calma en las plazas cambiarias alternativas tras la súbita depreciación del peso argentino y con fuertes aumentos de precios en supermercados y gasolineras.
El flamante presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Santiago Bausili, se reunió con representantes de la banca local para explicar los alcances de los anuncios hechos este martes por el ministro de Economía, Luis Caputo.
El plan de «shock» supone un fuerte ajuste fiscal con el objetivo de lograr el equilibrio de las cuentas públicas en 2024 y para ello habrá recortes múltiples en el gasto público, incluyendo la reducción de subsidios estatales a los servicios públicos y el transporte a partir de enero.
El portavoz del Gobierno, Manuel Adorni, dijo este miércoles en una rueda de prensa que estas medidas de «urgencia» eran «inevitables» para lograr el «déficit cero» y evitar así una «catástrofe» de hiperinflación.
El paquete incluye recortes en la dotación de personal de la Administración pública y se teme que salarios estatales, jubilaciones y ayudas a sectores vulnerables pierdan en términos reales contra la elevada inflación, que, según informó este miércoles el ente oficial de estadísticas, saltó en noviembre un 12,8 % mensual (160,9 % interanual), con proyecciones de tasas mensuales del 20 al 40 % hasta febrero.
En una reunión convocada tras conocer ayer las medidas del Ejecutivo, la Confederación General del Trabajo (CGT), principal central sindical de Argentina, criticó el severo ajuste por considerar que «lo paga el pueblo y no la casta».
«El plan de ajuste fiscal y cambiario anunciado por el Gobierno generará una fuerte aceleración del proceso inflacionario que dinamitará el poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores», indicó la CGT en un comunicado.
Además, su secretario general, Héctor Daer, detalló que «cuando habla de sacar los subsidios, está hablando de multiplicar por tres cada una de las tarifas» y que, al tiempo, no se habla de ingresos ni cómo se va a resolver el tema de los sectores más vulnerables».
«Sincerar los precios»
Aunque prometen evitar una hiperinflación del 15.000 % anual, las nuevas autoridades argentinas bregan por «sincerar los precios de la economía» que, según su diagnóstico, están «reprimidos», un proceso que ya comenzó, tras la fuerte devaluación concretada este miércoles, con alzas del 30 % en los combustibles y fuertes subidas en los supermercados.
En materia monetaria, el precio del dólar en bancos y casas de cambio saltó, tal como había anticipado Caputo, de 400,50 pesos por unidad a 820 pesos por dólar, lo que implica una depreciación del 50 % de la moneda argentina.
Eso provocó una inmediata corrección en varios tipos de cambio, como el que se aplica a gastos con tarjeta en el exterior, aunque la cotización de la divisa estadounidense en el mercado informal y en los canales financieros se mantuvo relativamente estable.
El nuevo tipo de cambio oficial busca favorecer el ingreso de divisas por vía de exportaciones para intentar recomponer el crítico nivel de las reservas monetarias del Banco Central.
Pero la autoridad monetaria estableció un sendero de desplazamiento de 2 % mensual para la cotización oficial, muy por debajo de la tasa de inflación mensual proyectada, por lo que el tipo de cambio podría quedar atrasado rápidamente otra vez.
En tanto, sobre las importaciones pesará un impuesto más alto, pero los importadores tendrán ahora mayor facilidad para cancelar sus deudas con el exterior y ya no tendrán que someterse al sistema de autorización de operaciones que regía hasta ahora.
En la reunión con los banqueros, el Banco Central ratificó que no habrá cambios en la tasa de interés de las Letras de Liquidez y que bajará la que se aplica a los Pases Pasivos -ambos instrumentos colocados entre los banco comerciales-, aun a pesar de la aceleración de la inflación.
Dado que se espera incluso un mayor salto de los precios al consumidor a partir de la devaluación de este miércoles, el mantenimiento de las tasas supondrá una licuación de los pesados pasivos remunerados del Banco Central.
En tanto, la autoridad monetaria confirmó en un comunicado que se ha iniciado un diálogo con el Fondo Monetario Internacional (FMI)», al que Argentina adeuda 46.000 millones de dólares y al que pedirá una dispensa («waiver») por el incumplimiento de las metas del acuerdo de refinanciación firmado en 2022.