Brasilia, 21 dic (EFE).- El Banco Central de Brasil redujo una décima la previsión de crecimiento del país para 2024, desde el 1,8 % proyectado en septiembre hasta el 1,7 %, y mantuvo la de inflación en el 3,5 %, según en un informe divulgado este jueves.
El crecimiento previsto para 2024 es superior al ofrecido por el mercado financiero (1,51 %) e inferior al del Gobierno brasileño, que pronostica un 2,2 %.
«Las perspectivas incluyen un aumento del ritmo de crecimiento durante el próximo año, con una moderación del consumo de los hogares, una reanudación de la inversión y el mantenimiento de un saldo favorable en las cuentas exteriores», señaló.
El órgano emisor también revisó ligeramente al alza la expansión del producto interno bruto (PIB) estimada para este año, desde el 2,9 % hasta el 3 %, porcentaje por encima del calculado por el mercado financiero (2,92 %).
La economía brasileña sorprendió en el primer semestre del año, con subidas del PIB del 1,4 % y el 1 % en el primer y el segundo trimestre, respectivamente.
Sin embargo, desaceleró en la segunda mitad de este 2023 y en el tercer trimestre avanzó apenas un 0,1 %, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
«A pesar de esa variación modesta, el PIB se mantuvo ligeramente por encima de la tendencia de la prepandemia», apuntó el Banco Central, que indicó que el «mercado de trabajo sigue resiliente, aunque con señales de moderación en los últimos meses».
En cuanto a la inflación, redujo del 5 % al 4,6 % la inflación prevista para este año y la mantuvo en el 3,5 % para 2024.
El índice de precios se ha moderado en el último año y actualmente se ubica en el 4,68 % interanual, es decir, dentro del techo de la meta para este año (4,75 %).
Ello permitió recortar la tasa oficial de intereses en los últimos meses, hasta el 11,75 % anual.
La meta de la inflación para 2024 es de un 3 %, con un margen de tolerancia de 1,5 puntos en ambas direcciones.
El órgano emisor brasileño destacó que el ambiente externo se mantiene «volátil», con la inflación aún «en niveles elevados» en diversos países.
«Los bancos centrales de las principales economías permanecen determinados a promover la convergencia de las tasas de inflación hacia sus metas, en un ambiente marcado por presiones en los mercados laborales, por lo que el escenario sigue exigiendo cautela por parte de los emergentes», señaló.