Bogotá, 27 dic (EFE).- El presidente colombiano, Gustavo Petro, destacó este miércoles el impulso que dará a la economía popular la línea de crédito Creo, puesta en marcha a comienzos de mes por su Gobierno, que busca además combatir a las bandas dedicadas a la usura.
«Queremos generalizar el crédito barato en la economía popular para que no caiga en el ‘gota a gota’ de los usureros», dijo Petro en su cuenta de X (antes Twitter).
Como «gota a gota» se conoce en Colombia a los préstamos hechos por particulares con altísimos intereses que quienes los toman deben pagar a diario a los prestamistas, los cuales muchas veces recurren a la violencia, incluso al asesinato, para cobrar las deudas.
Esta forma criminal de crédito se ha expandido desde Colombia a la mayoría de los países latinoamericanos, especialmente a Ecuador, Perú, Bolivia, México, Honduras, El Salvador y Guatemala, e incluso a los del cono sur, donde operan mafias que se aprovechan de las dificultades de los más pobres para acceder a un crédito bancario tradicional.
Por eso, el Gobierno subrayó este miércoles que el Crea es un instrumento financiero que «busca fomentar la inclusión, la bancarización y abrir espacios para la formalización mediante créditos de bajo monto para los sectores agrario y no agrario».
La nueva línea crediticia, creada mediante un decreto del pasado 11 de diciembre, está dirigida a personas que necesitan préstamos pero carecen de fiadores y otras garantías exigidas por el sistema bancario, y les otorga plazos de hasta 24 meses para pagar.
«La línea de crédito Creo es una herramienta fundamental para promocionar el crédito formal para la economía popular con unas condiciones muy especiales que generan un cambio en materia crediticia para la historia del país», señaló Rogelio Rodríguez Castillo, asesor del Despacho del Ministerio de Hacienda, citado en un comunicado de la Presidencia.
Esta línea de crédito tiene el apoyo de los ministerios de Hacienda y Crédito Público; Comercio, Industria y Turismo, y Agricultura y Desarrollo Rural, así como de varias instituciones financieras del Estado.
Se calcula que en el país existen unos 23 millones de personas, casi la mitad de su población, que tienen poco o ningún acceso a los servicios crediticios tradicionales y, según un estudio de la firma TransUnión Colombia, 1,3 millones de consumidores abrieron su primer producto de crédito en 2021 y otros 1,5 millones lo hicieron en 2022.