Río de Janeiro, 11 sep (EFE).- La vida nocturna de Río de Janeiro, que parecía haber regresado a la normalidad que vivía antes de que la pandemia del coronavirus llegara a Brasil, sufrió este viernes un nuevo revés tras la prohibición de que las personas puedan tomar bebidas alcohólicas en la calle en las noches.
Las aglomeraciones de gente tomando cerveza, capirinhas y otros cocteles frente a los bares la «cidade maravilhosa» en las noches llevaron a las autoridades a prohibir el consumo de bebidas alcohólicas en la calle después de las 21.00 hora local (24.00 GMT).
La medida, adoptada por el gobernador interino de Río de Janeiro, Claudio Castro, y publicada este viernes en el Diario oficial, tuvo el apoyo del alcalde de la capital homónima, Marcelo Crivella, quien ya había anunciado el regreso de restricciones en bares, restaurantes y playas por las multitudes registradas en las últimas semanas.
La decisión representa un duro golpe para los bares y restaurantes de Río que obtienen sus mayores ingresos con la venta de bebidas alcohólicas que la gente acostumbra a tomar en las calles, y que apenas comenzaban a recuperarse de los estragos que dejaron los meses de confinamiento social.
Según el Sindicato de Bares y Restaurantes de Río, el cierre de los establecimientos del sector durante cerca de cien días por el confinamiento provocó la quiebra de unos mil negocios y dejó sin empleo a 27.500 trabajadores que tenían contratos formales (la cuarta parte del total).
Desde comienzos de julio, cuando el número de muertes y contagios por la COVID-19 comenzó a disminuir, la «cidade maravilhosa» permitió la reapertura de restaurantes, bares y gimnasios como parte de una acelerada desescalada de las medidas adoptadas para frenar el coronavirus.
Al comienzo, la reactivación se dio con horario reducido y utilizando únicamente la mitad de su capacidad de atención, mesas con dos metros de separación y limpieza de todas las superficies cada dos horas y prohibición de música en vivo.
Dos semanas después, el horario de atención fue ampliado hasta la 1.00 hora local (4.00 GMT), pero el resto de las medidas continúa, lo que implica que el número de asistentes a este tipo de comercios será duramente reducido.
VUELVEN RESTRICCIONES A LAS PLAYAS
La medida adoptada este viernes también incluye restricciones para las icónicas playas de Río como las de Ipanema y Copacabana, que han registrado multitud de visitantes en los últimos fines de semana, la mayoría de los cuales se dedican a tomar el sol sin los distanciamientos sugeridos y sin tapabocas.
Así las cosas, durante los sábados, domingos y festivos, no se podrán aparcar vehículos particulares en cercanías de las playas y habrá más fiscalización para evitar las aglomeraciones y fomentar el uso de mascarillas.
Río de Janeiro supera los 230.000 casos confirmados del coronavirus y es la segunda región de Brasil con mayor número de muertes por COVID-19, con cerca de 17.000 fallecidos, de los cuales más de 10.000 se han registrado en la «cidade maravilhosa».