Panamá, 21 sep (EFE).- Las autoridades de Panamá invocaron este lunes la buena conciencia de la constructora española FCC para que habilite, con el fin de poder tratar a enfermos de la COVID-19, al menos una parte del complejo hospitalario Ciudad de la Salud, millonaria obra paralizada por un conflicto entre el país centroamericano y la multinacional que se adjudicó su construcción en una licitación.
«Hago un llamado de consciencia a los directivos de FCC, Panamá necesita la Ciudad de la Salud, le solicitamos a ellos (…) que puedan ceder en marco de esa negociación (…) para hacer 84 camas y así exista la posibilidad de atender a pacientes de esta pandemia, mientras esto se discute jurídicamente», dijo la diputada Kayra Harding, presidenta de la Comisión de Infraestructuras Públicas y Asuntos del Canal del Parlamento panameño.
La Ciudad de la Salud o Ciudad Hospitalaria es una obra de más de 554 millones de dólares que fue licitada en el Gobierno de Ricardo Martinelli (2009-2014) para ser entregado en julio de 2015, pero una serie de irregularidades detectadas en el proyecto durante la administración de Juan Carlos Varela (2014-2019) retrasaron su construcción.
En febrero pasado, antes del actual conflicto entre las partes, el director de la Caja del Seguro Social (CSS), Enrique Lau, dijo que se esperaba que la obra, un conjunto de edificios diseñados originalmente para albergar 43 quirófanos, 1.235 camas y consultorios para diversas especialidades médicas, estuviera lista «para finales de 2021 o para el primer trimestre de 2022».
Durante un recorrido por la obra, Harding explicó que las autoridades de Panamá pidieron con anterioridad a FCC «en marco de una negociación» concluir «ese espacio físico de 84 camas para pacientes COVID en un tiempo entre 30 y 45 días», pero que «lamentable no se ha dado».
A inicios de agosto, la Caja del Seguro Social (CSS) solicitó al contratista FCC que les presentara un proyecto para la habilitación de tres salas en esta instalación a utilizar ante la apertura de actividades en el país, que habían sido paralizadas por la pandemia de la COVID-19.
Sin embargo, FCC exigió un pago de 125 millones de dólares a través de Tribunal de Arbitraje Internacional, una cantidad que Panamá rechazó.
Ese mismo mes, la constructora, cuyo mayor accionista es el magnate mexicano Carlos Slim, pidió al CSS cancelar unilateralmente el contrato de la obra, pero Panamá decidió extinguir por «resolución administrativa».
«Con esta apertura económica la posibilidad de un rebrote o incremento de caso existe, y es un acto de responsabilidad del Estado panameño hacer lo que sea necesario en caso de que necesite utilizar estas instalaciones», dijo el director de la CSS, Enrique Lau.
Lau señaló que están planteado «crear una unidad de cuidados intensivos de 84 camas, una unidad de cuidados respiratorios especiales con 48 camas y una unidad para sala de 254 camas. Cerca de 300 camas tendrá esta área de emergencia» que esperan «desarrollar dentro del marco que permite la ley».
Destacó que todavía no tienen «un acuerdo para eso (la adecuación de camas)», aunque «aspiran» a tenerlo. «Actuamos con todos lo elementos, al final lo que se busca es que podamos desarrollar estas facilidades para atender a los pacientes», añadió.
La obra de la Ciudad de la Salud tiene un 65 % de avance, según las autoridades, pero «la luz eléctrica no llega directamente a la obra, el agua tampoco», reconoció Lau, quien añadió que tendrán «que hacer trabajos adicionales para dotar servicios básicos».
Representantes de FCC ya han comparecido ante el Parlamento de Panamá para responder sobre la situación de la obra.