Tegucigalpa, 24 sep (EFE).- La salida esta semana de más gente a las calles está favoreciendo un poco a micro, pequeños, medianos y grandes empresarios de Honduras, pero la economía del país está lejos de recuperarse, o al menos alcanzar los niveles en que estaba antes de la pandemia de COVID-19.
«Ahora estamos en un 30 o 40 % en comparación a lo que atendíamos antes de la pandemia», dijo a Efe Fernando Canahuati, un pequeño empresario, propietario de un café en un centro comercial de Tegucigalpa.
Agregó que su negocio, Plaza Café, cuyo grano es cultivado en el occidente de Honduras, «de nuevo ha vuelto a abrir de cero» y que los casi siete meses de pandemia «han sido difíciles».
El pasado lunes, el Gobierno hondureño autorizó que la circulación de personas en el país aumentara a dos dígitos, a partir del último número de su carné de identidad, en el caso de los nacionales, o pasaporte, para los extranjeros.
Eso, en teoría ha duplicado la cantidad de personas circulando en las ciudades, aunque la sensación de que lo han estado haciendo más de las autorizadas se venía percibiendo desde que la autorización era para sólo un dígito.
Pero la mayor circulación de personas no representa que todos los negocios que comenzaron a reabrir entre julio y agosto se estén recuperando. Las ventas, al menos, no son las deseadas, según conoció Efe de varias fuentes en Tegucigalpa.
EMPRESARIOS NECESITAN AYUDA ESTATAL Y LA BANCA
Canahuati señaló que su café abrió a finales de agosto, cumpliendo con un programa piloto y todas las medidas de bioseguridad para su personal y clientes, y que la recuperación económica va lenta en general, no solamente en su negocio.
«Este encierro -desde el 12 de marzo, cuando el Gobierno decretó un toque de queda- nos ha afectado a todos», indicó Canahuati, quien al igual que otros empresarios espera recuperarse con la ayuda estatal y de los bancos, que no están dando las facilidades que requieren «las pequeñas y medianas empresas para salir adelante».
En su opinión, para recuperar lo perdido en seis meses de confinamiento «hay que estar con todo el ánimo posible, porque esto nos ha venido a afectar a todos, a nivel mundial».
«No podemos bajar la guardia, hemos tenido pérdidas y tenemos que ver qué cómo nos ponemos al día con todos los compromisos», acotó el empresario, quien además señaló que ha tenido que recortar un poco el personal de servicio por la crisis derivada de la COVID-19, y que está negociando un acuerdo con el dueño del local, por concepto de alquiler, en lo que algunos no han sido flexibles.
SE HAN PERDIDO MÁS DE 500.000 EMPLEOS
Honduras es un país de 9,3 millones de habitantes, de los que más del 60 % ya eran pobres muchos años antes de la pandemia.
Con la expansión del virus de la mortal enfermedad, el desempleo ha aumentado según economistas, sociólogos y analistas locales.
Ismael Zepeda, economista del Foro Social de Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (Fosdeh), le aseguró a Efe que alguna de la gente que ha salido a las calles «lo que intentará a través de la informalidad, es comercializar algún bien, un servicio» para «tener algún tipo de ingreso».
Añadió que en seis meses de pandemia se han perdido más de medio millón de empleos, y que tal como va la situación, «la tasa de desempleo abierta se va a duplicar y sus escuelas van a ser aún más graves».
Zepeda considera que la situación económica no va de acuerdo a lo que el país demanda, porque no se pusieron en práctica políticas públicas y acciones que fueron recomendadas en su momento por sectores de la sociedad civil.
«Por eso va a ser más difícil recuperar el empleo, el ingreso», señaló el economista.
POCAS VENTAS EN LOS COMERCIOS
En Tegucigalpa esta semana se ha visto más movilización de personas en las calles, mercados, supermercados y centros comerciales conocidos como los «Mall», en los que muchos negocios se fueron a la quiebra y otros todavía no han abierto.
«Chucherías» es un pequeño negocio con un poco de todo: carnes, lácteos, un restaurante bufé y una especie de supermercado en un mismo local.
El agradable sitio comenzó a vender hace dos meses, pero solamente para llevar. En los últimos días empezó a atender al publico en su interior, con todas las medidas de seguridad.
«Aquí ya empiezan a venir más personas, más clientes a comprar, eso es bueno para nosotros», indicó a Efe su administradora, Lourdes Osorio.
Agregó que en promedio les está llegando un 40 % de clientes, en comparación con los que atendían antes de la pandemia.
Osorio señaló que, aunque ha habido confinamiento por la pandemia de la COVID-19, siempre se ha pagado alquiler de local y que por la medidas sanitarias establecidas por el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos, están trabajando con el 20 % del personal.
«Antes de la pandemia aquí vendíamos, en días regulares, unos 10.000 lempiras (405,67 dólares), pero ahora a veces llegamos a los 3.000 lempiras» (121,7 dólares), dijo Efe la administradora de una tienda de variedades en el Centro Comercial Plaza Miraflores, donde muchos otros negocios llevan seis meses cerrados.
Añadió que se «está moviendo más gente en el centro comercial, pero no todos compran, algunos sólo se asoman a ver o preguntar precios y se van».