Sao Paulo, 29 sep (EFE).- El Gobierno brasileño, criticado internacionalmente por su postura medioambiental, necesita «generar un ámbito de confianza» en esa área para sacar del impás el acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur, consideró en entrevista con EFE el embajador del bloque comunitario en Brasil, Ignacio Ybáñez.
Ambas regiones necesitaron 20 años para alcanzar el acuerdo político anunciado en junio de 2019, que todavía precisa ser ratificado por los Parlamentos de los 27 países de la Unión Europea, por los cuatro del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y por el propio Parlamento Europeo.
«Es una oportunidad única para los países de la UE y del Mercosur, en un momento en el que grandes potencias, Estados Unidos y China, tienen una visión mucho más proteccionista. Si no hay acuerdo, otros lo aprovecharán y no será Europa», sostuvo Ybáñez.
Pero el camino se presenta arduo. Holanda, Austria y Francia ya han dado la espalda a refrendar el acuerdo si el Ejecutivo brasileño no cambia sus políticas medioambientales.
El Gobierno de Bolsonaro ha sido censurado internacionalmente por no hacer lo suficiente con respecto a los incendios forestales en zonas de la Amazonía, el mayor bosque tropical del mundo, y el Pantanal, el principal humedal del planeta.
No obstante, Ybáñez opinó que ha habido «una actitud de más cooperación» por parte del Gobierno brasileño con gestos como la creación este año del Consejo de la Amazonía, dedicado a preservar, proteger y desarrollar la región.
El alto funcionario europeo saludó también la implicación del sector privado brasileño, con una iniciativa pro-Amazonía liderada por los tres principales bancos privados del país, que se une a la presión de los fondos de inversión internacionales, que exigieron un cambio de rumbo en la política medioambiental brasileña.
P. Hace un par de semanas el Gobierno francés supeditó el acuerdo UE-Mercosur a más protección a la Amazonía y mayor compromiso con el Acuerdo de París sobre el clima, en alusión especialmente a Brasil. ¿Cómo ha encajado esa decisión el Gobierno brasileño y demás actores políticos y empresariales? ¿Ven a los europeos como unos exagerados?
R. Hemos visto ese informe de los expertos franceses, como también de otros Parlamentos (Austria, Holanda). Lo miramos con preocupación, pero en el fondo con una cierta comprensión. La preocupación medioambiental es algo general en el conjunto de Europa. Antes del informe francés, hemos manifestando al Gobierno brasileño nuestra preocupación por la deforestación o los fuegos en el Amazonía. Notamos además este año que ha habido una reacción no solo de actores internacionales. Se han sumado, en primer lugar, los grandes inversores internacionales, pero también empresarios brasileños. Algo llamativo es el compromiso de los tres grandes bancos privados (Itaú, Bradesco y Santander) ofreciendo colaboración del sector financiero.
P. ¿Y las reacciones del Gobierno?
R. Nos han parecido correctas. La creación del Consejo de la Amazonía ha sido una muy buena decisión, especialmente por estar presidido por el vicepresidente (Hamilton) Mourao. En ese sentido, vamos acompañando el proceso, hemos establecido un diálogo muy cercano, pero somos conscientes de que son grandes los desafíos a los que Brasil tiene que enfrentarse en la Amazonía, que nos conciernen a todos, y les presentamos nuestra cooperación.
P. Desde fuera, se ven dos sensibilidades en el Gobierno brasileño, por un lado la del vicepresidente Mourao, públicamente preocupado con el asunto medioambiental, y por otro, las del ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, y de Bolsonaro, quienes acusan a los europeos de inmiscuirse en asuntos nacionales.
R. En su discurso ante la ONU, el presidente volvió a reiterar lo apegado que está al acuerdo UE-Mercosur y sabe perfectamente que las condiciones de ese acuerdo van precisamente hacia el lado de la sostenibilidad. Cada vez que defiende ese acuerdo, está apostando por la sostenibilidad. El ministro de Medio Ambiente te diría lo mismo, hemos notado una actitud de más cooperación con nosotros. No habíamos tenido reuniones con él y este año ya me he reunido en varias ocasiones. A finales de julio hubo una videoconferencia entre los responsables de Medioambiente de la Comisión Europea (CE) y de Brasil. El ministro aceptó ese diálogo. El clima ha cambiado respecto al año pasado. Ahora queda convertir esos compromisos en actos, porque necesitamos resultados concretos en el terreno.
P. ¿Qué resultados son esos?
R. El principal tema es la deforestación y los incendios. Queremos que se cumplan las leyes brasileñas, que son muy avanzadas. Que se persiga a los que desforestan, a los que puedan estar haciendo actividades ilegales en la minería. Queremos, en el fondo como la sociedad brasileña en su conjunto, que las leyes se cumplan, pero en esa región hay una carencia del cumplimento de la ley denunciada por ONG locales e internacionales y por sectores económicos.
P. ¿Y la parte de las tierras indígenas?
R. Cuando vemos tensiones, violencia, en situaciones que involucran a pueblos indígenas es por una falta del cumplimiento de la ley. Ellos tienen que cubrir la carencia de las fuerzas de seguridad o incluso de la fuerza de las instituciones judiciales. Si conseguimos que las leyes se vayan cumpliendo, la protección de los derechos de los pueblos indígenas será mucho mayor. Es una parte que estamos viendo con ellos (el Gobierno brasileño).
P. ¿Tendremos un acuerdo ratificado antes de 2022?
R. Estamos acabando la revisión jurídica. Ahora vamos a pasar a la fase en la que la CE tiene que tomar la decisión de cómo quiere presentar el acuerdo ante el Consejo, al Parlamento de la UE y a los Parlamentos nacionales. Vamos etapa a etapa. Cuanto antes lo que tengamos, mejor, pero se tienen que dar unas condiciones: las de generar un ámbito de confianza, y ahí tenemos trabajo los brasileños, para cumplir esa parte, sobre todo por ese tema de la Amazonía; y de parte de los europeos explicar mejor y convencer a la mayoría de los países miembros y esperamos que sean la unanimidad de que el acuerdo es buena solución para el futuro. No me comprometo a fechas pero sí al resultado. Se habla mucho del acuerdo relacionándolo con el presidente que hay ahora mismo. Este es un acuerdo entre sociedades, países, lo importante es llegar a un acuerdo que beneficie al conjunto de los países del Mercosur y la UE, independientemente de quién esté en el Gobierno.
Antonio Torres del Cerro