Miami, 29 oct (EFE).- El 42 % de los participantes en una encuesta en Florida (EEUU) se mostró de acuerdo con que las empresas estadounidenses sigan operando en Venezuela, incluso en el sector petrolero, un 30 % dijo que deberían permanecer allí pero sin producir petróleo y un 28 % opino que deberían irse,
En el caso de los encuestados de origen venezolano ocho de cada diez son partidarios de que las empresas de EE.UU. sigan en Venezuela y un porcentaje aun mayor (89 %) opina que pueden ser claves para reflotar la economía del país sudamericano cuando haya un cambio político.
La encuesta fue realizada por la Cámara de Comercio de EE.UU. y APCO Insight con el objetivo de «entender mejor las prioridades y perspectivas de las comunidades más cercanas a la crisis de Venezuela», dijo Neil Herrington, vicepresidente senior para las Américas de la Cámara de Comercio de EE.UU.
Las preguntas sobre la producción petrolera cobran sentido a la luz de la decisión del presidente Donald Trump de ordenar a la petrolera Chevron suspender sus operaciones en Venezuela a partir del 1 de diciembre.
La encuesta fue realizada por teléfono e internet del 18 al 25 de septiembre a unos 800 floridanos votantes en estas elecciones y tiene un margen de error de +/- 3,5 puntos.
Los encuestadores no especificaron cuántos de los encuestados son de origen venezolano.
El 73 % de los venezolanos-estadounidenses cree que las compañías de EE.UU. son «una fuerza estabilizadora en un país sumido en un torbellino político y económico».
Además, un 76 % opina que sacar del país sudamericano a las empresas de EE.UU. no garantiza una transición política hacia la democracia en Venezuela.
El 83 % de los encuestados que se identifican como cubano-estadounidenses apoya que las compañías de EE.U operen en Venezuela siempre y cuando no hagan pagos al actual régimen, de acuerdo con un comunicado de la Cámara de Comercio.
Sin importar su afiliación partidista, los venezolano-estadounidenses piensan que las compañías de EE.UU. son buenas para Venezuela porque ofrecen empleos bien pagados, invierten en el desarrollo de las comunidades locales y cubren las necesidades de salud y alimentación de los venezolanos mediante asociaciones con hospitales y organizaciones de ayuda.
«En países como Venezuela, esas compañías son a menudo la fuente más importante de apoyo financiero de los empleados, sus familias y sus comunidades», dijo Neil Herrington, vicepresidente senior de las Américas en la Cámara de Comercio.
Hacer que tengan que salir de Venezuela «solo aumentará el sufrimiento y ralentizará la recuperación económica, a la vez que permitirá que los competidores de EE.UU. llene el vacío» si se van, dijo Herrington.
El pasado 22 de abril Trump ordenó a Chevron, la última petrolera de Estados Unidos activa en Venezuela, cerrar sus operaciones en el país sudamericano.
La fecha límite es el 1 de diciembre, que es cuando expira el permiso para operar allí a pesar de las sanciones de Trump al régimen de Nicolás Maduro.