Río de Janeiro, 12 nov (EFE).- Hombres disfrazados de manchas de petróleo promovieron este jueves una protesta en Río de Janeiro para exigir que los bancos públicos dejen de financiar proyectos de combustibles fósiles, como crudo, gas y carbón, e impulsen en Brasil iniciativas orientadas a mejorar la crisis climática.
La manifestación tuvo lugar en momentos en que se lleva a cabo en París la «Finance in common», cumbre que termina este jueves y en la que participación representantes de 450 bancos de fomento al desarrollo del mundo responsables por manejar dos billones de dólares de dinero público.
Impulsada por organizaciones ambientalistas y por la Asociación de Hombres y Mujeres del Mar de la Bahía de Guanabara (AHOMAR), la protesta se realizó frente a la sede del estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), una de las mayores entidades financieras de este tipo en el mundo y que ha financiado, con millonarias sumas de las arcas públicas, proyectos de petróleo, gas y carbón.
Estudios realizados por la organización 350.org señalan que el BNDES ha destinado más de 90.000 millones de reales (unos 16.666 millones de dólares) en los últimos diez años a iniciativas de combustibles fósiles.
Los manifestantes, disfrazados de manchas de petróleo con trajes negros de pies a cabeza y gritando «¡basta de combustibles fósiles!» y «¡combustible renovable ya!», regaron tinta negra sobre el logotipo de la entidad en un acto simbólico que simuló el daño que causa el hidrocarburo en el mar.
Para Ilan Zugman, gestor ambiental de 31 años y representante de 350.org, es necesario que el BNDES comience a invertir en proyectos de fuentes renovables y deje de seguir apoyando iniciativas de energías «sucias que causan cambios climáticos».
«Invertir en combustibles fósiles no es una inversión social, es algo que va a traer beneficio a muy pocas personas y a causar un daño muy grande a la mayoría de la población», aseguró a Efe.
Los pescadores de la bahía de Guanabara, en el litoral de Río de Janeiro, son unos de los principales afectados pues la presencia permanente de plataformas petroleras en esta área destruye el medio ambiente y reduce sus posibilidades de subsistencia, denunciaron.
«Nosotros navegamos al lado de refinerías, estamos navegando y pescando al lado de embarcaciones que son para la actividad del petróleo y esa intensificación de la explotación nos impacta directamente», aseguró Alexandre Anderson, un pescador de 50 años.
BRASIL UNO DE LOS MÁS CONTAMINANTES DEL MUNDO
Según el Sistema de Estimativas de Emisiones de Gases del Efecto Invernadero (SEEG), las emisiones brasileñas de dióxido de carbono y de otros gases contaminantes saltaron un 9,6 % el año pasado, desde 1.980 millones de toneladas en 2018 hasta 2.175 millones de toneladas en 2019.
Esto elevó a Brasil desde el séptimo hasta el sexto lugar en la lista de países que más lanzan gases contaminantes en el mundo, por detrás de China, Estados Unidos, la Unión Europea, India y Rusia.
Brasil se comprometió en 2009 a reducir sus emisiones de gases entre un 36 % y un 39 % en diez años, con lo que los lanzamientos no pueden superar los 2.068 millones de toneladas en 2020. Y como signatario del Acuerdo de París prometió disminuir sus emisiones en un 37 % para 2025, hasta un máximo de 1.346 millones de toneladas.
Pero, según las proyecciones del SEEG, con el aumento de la deforestación en el país, que en 2019 alcanzó su mayor nivel en 11 años con más de 10.000 kilómetros cuadrados de vegetación devastada en la Amazonía, las emisiones brasileñas deben aumentar al menos un 10 % en 2020, con lo que se ubicarían en 2.392 millones de toneladas, por encima de la meta prometida de 2.068 millones de toneladas.