Madrid, 18 nov (EFE).- El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha prestado a veinte países latinoamericanos 63.555 millones de dólares para afrontar los efectos de la covid-19 en sus economías desde que comenzó la pandemia en marzo pasado, el 62,3 % de la asistencia financiera total desembolsada por la institución para este fin.
Según los últimos datos del FMI, la mayor parte de la ayuda se ha canalizado mediante los sistemas de crédito rápido para afrontar necesidades urgentes de balanza de pagos, aunque también hay líneas de crédito flexibles para países con un buen historial económico solicitadas de forma preventiva.
Este último caso es el de Chile, el país que más recursos ha recibido del FMI desde que empezó la pandemia. El 29 de mayo de este año la institución multilateral le concedió una línea de crédito flexible (FCL por sus siglas en inglés) de 23.930 millones para prevenir los efectos negativos en su economía causados por la crisis sanitaria.
El mismo mecanismo ha sido el utilizado por Perú, que recibió el 28 de mayo pasado 11.000 millones de dólares, y Colombia, al que el FMI concedió el 1 de mayo una línea de crédito de 10.748 millones ante los posibles efectos económicos de la crisis del coronavirus, préstamo que aumentó el 25 de septiembre en otros 6.200 millones.
El FMI ha concedido a Ecuador en total 7.143 millones, 643 millones mediante un mecanismo de financiación rápida para balanza de pagos (RFI por su siglas en inglés) aprobado el 1 de mayo, y 6.500 millones con la extensión y sustitución de un crédito que el país ya tenía concedido en 2019.
Por volumen de fondos concedidos, a continuación figuran países cuyas economías y necesidades de balanza de pagos son más pequeñas y que han solicitado ayuda haciendo uso de mecanismos RFI, como República Dominicana, que recibió 650 millones el 29 de abril, Guatemala (594 millones), Jamaica (520 millones), Panamá (515 millones) y Costa Rica (508 millones).
Por debajo del umbral de 500 millones y también acogidos a programas del tipo RFI para necesidades de balanza de pagos están El Salvador y Bolivia, con 389 y 327 millones, respectivamente; Paraguay, con 274 millones, y Las Bahamas, 250 millones.
El FMI autorizó para Honduras el 1 de junio de este año un aumento de los acuerdos del tipo «stand-by» (ayuda financiera a corto plazo) que tenía con el país hasta de 223 millones, mientras que Haití también se beneficia desde el 17 de abril de un programa de alivio a corto plazo de balanza de pagos de 111,6 millones.
Por último, con créditos inferiores a 100 millones de dólares y principalmente con sistemas de crédito rápido figuran Barbados, Santa Lucía, Granada, San Vicente y las Granadinas y Dominica.
Argentina se encuentra actualmente negociando con el FMI una extensión del crédito de 44.000 millones que solicitó en 2018 y no figura entre los países que han obtenido algún tipo de financiación con motivo de la crisis sanitaria de la covid-19.
REACCIÓN DEL FMI ANTE LA PANDEMIA
En los primeros meses de la pandemia los países emergentes y con menos ingresos, dentro de los que se enmarcan los latinoamericanos, se enfrentaron a graves problemas de liquidez por la dificultad para acceder a financiación en los mercados internacionales debido a la incertidumbre y las dudas de los inversores.
Ante esta situación el FMI movilizó toda su capacidad de préstamo, un billón de dólares, y puso en marcha algunos mecanismos específicos para facilitar un acceso a sus fondos de forma rápida.
Latinoamérica es la región que más asistencia financiera ha recibido, seguida de África Subsahariana y Oriente Medio y Asia Central, que desde que empezó la pandemia han pedido 16.103 y 14.343 millones, respectivamente, Europa (6.118,63 millones) y Asia (1.844,5 millones).
En total el Fondo ha prestado ayuda para afrontar problemas causados por la crisis sanitaria a 82 países por un importe total de 101.965 millones.
Además de los créditos, también brinda apoyo a sus miembros para aliviar el servicio de su deuda mediante el fideicomiso para la contención de catástrofes (CCRT en sus siglas en inglés), que ha sido utilizado por los países más pobres, principalmente de África Subsahariana.
Desde que arrancó la pandemia en marzo pasado se han acogido a este último mecanismo de alivio de deuda 29 países con un monto total de 488,7 millones de dólares en dos tramos (251,2 y 237,4 millones).