Guatemala, 21 nov (EFE).- Tan solo diez meses después de tomar el poder en Guatemala, las diferentes visiones del futuro para el país han abierto una brecha entre el presidente, Alejandro Giammattei, y su vicepresidente, Guillermo Castillo, quien pidió el viernes la renuncia en conjunto de ambos.
El quiebre entre Giammattei y Castillo no es irreversible según las palabras del mismo vicepresidente, pero sí siembra dudas sobre el futuro del Gobierno tras tomar posesión de sus cargos menos de un año atrás, el 14 de enero de 2020.
Las diferencias entre los funcionarios se han ido agrandando con el paso de los meses y también la comunicación y diálogo entre ambos, prácticamente inexistente en muchos tramos de 2020 de acuerdo a fuentes del Organismo Ejecutivo, y según lo ha dejado entrever el mismo Castillo en apariciones públicas.
La propuesta de renuncia en conjunto planteada el viernes por Castillo en una conferencia de prensa tuvo como origen el presupuesto del Estado para 2021 aprobado por el Congreso el miércoles de madrugada, y avalado por Giammattei el mismo viernes pese al descontento popular, pero es solo el último desencuentro más de varios durante el año.
«Las cosas en el país no están bien», enfatizó Castillo durante su intervención en soledad en Casa Presidencial, solo minutos después de la transmisión en una cadena televisiva de Giammattei en la que el presidente dio luz verde al presupuesto, escoltado por todos sus ministros en el Palacio Nacional de la Cultura (sede del Gobierno).
EL ROMPIMIENTO GRADUAL
El vicepresidente guardó un perfil bajo durante el inicio del Gobierno, pero su voz ha ido creciendo con el paso de los meses, especialmente para mostrar su oposición y distancia a ciertas decisiones polémicas de Giammattei.
Los murmullos sobre la relación entre presidente y vicepresidente tomaron fuerza el 31 de julio cuando la Corte Suprema de Justicia, de manera repentina, avaló un proceso de desafuero contra Castillo por un supuesto nombramiento ilegal en una institución pública, en medio del silencio de Giammattei.
Los problemas estallaron públicamente el 29 de septiembre tras la filtración de una conversación digital en la que Castillo instaba a Giammattei a «ser serio» y cumplir con «ser correcto», como prometió en campaña.
«Es hora que usted actué como un verdadero estadista (…) No es esta la Guatemala diferente que tanto prometimos en campaña. Ofreció no ser perfecto pero sí correcto. Cúmplalo», argumentaba Castillo en el grupo de chat del Gabinete de Gobierno.
El mandatario respondió ese mismo día en una emisora local, en la que amenazó legalmente a Castillo por supuestamente difundir la conversación privada. A la vez, criticó el trabajo del vicepresidente afirmando que se desconocen cuáles son las labores oficiales que realiza.
«Si el señor (Castillo) tiene diferencias, que venga al Consejo de ministros y las exponga. Pero que no agarre su chat y lo mande a un periódico para tratarse de hacer víctima de algo que no es víctima», señaló Giammattei encolerizado aquel 29 de septiembre.
Con el paso de los días, Castillo reapareció junto a Giammattei en varios Gabinetes y al menos públicamente el tema había quedado zanjado. Sin embargo, con la conferencia de prensa del viernes por parte de Castillo se recrudeció la relación entre ambos funcionarios y quedó en juego el futuro del Gobierno.
LA DISCORDIA DEL VICEPRESIDENTE
Son amplias las diferencias entre Castillo y Giammattei desde hace meses, pero varias versiones y el mismo vicepresidente han apuntado a un ente estatal denominado Centro de Gobierno como el principal punto de desencuentro entre ambos.
El Centro de Gobierno se ha convertido en el eje de la Administración de Giammattei al igual que su director, Luis Miguel Martínez Morales, un ingeniero de 31 años sin experiencia como funcionario convertido en el hombre de confianza del mandatario.
El director del Centro de Gobierno aparece constantemente en inauguraciones estatales con Giammattei y también le ha acompañado en asuntos diplomáticos dentro de Guatemala, como en la visita del presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, esta semana, al mismo nivel que el canciller, Pedro Brolo.
Martínez Morales, según el propio gobernante, es un amigo «de hace muchos años» y es de su «absoluta confianza». Además, el mandatario ha elogiado su labor en reiteradas ocasiones.
Sin embargo, el medio de investigación digital Plaza Pública publicó en septiembre un reportaje en el que denunciaba los nexos empresariales entre Giammattei y Martínez como socios desde 2018 en una empresa constituida en 2015 y de la cual se desprenden otros integrantes de la misma con cargos en el Estado, como el abogado Luis Alfredo Pineda Loarca, director del Registro de la Propiedad.
El portal de periodismo de investigación también indicó que Martínez Morales tiene funciones que se asemejan a las de «un ministro» o «un superministro» y varios medios locales han advertido que el Centro de Gobierno le cuesta al Estado un millón de dólares anuales aproximadamente, incluidos 65.000 de Martínez Morales.
DOS VISIONES DISTINTAS DE PAÍS
Pero no solo ha sido el Centro de Gobierno la razón que ha llevado a Castillo a distanciarse de Giammattei.
En su comparecencia del viernes, el vicepresidente insistió en la necesidad de suprimir el Centro de Gobierno para retomar la dirección del país con Giammattei, pero también expuso tres puntos trascendentes adicionales: vetar el presupuesto de 2021, la revisión del trabajo de los 14 ministros y un mayor acercamiento con la sociedad.
Ese último punto, el de mayor acercamiento con la sociedad, es quizás el mayor fuerte del vicepresidente, un abogado campechano de 54 años que acostumbra a caminar sin guardaespaldas y en soledad para llevar su vida diaria en el centro de la Ciudad de Guatemala.
«Institucionalmente, este es un deterioro sin precedentes», le explicó a la Agencia Efe el diputado opositor Samuel Pérez Álvarez, de la agrupación Semilla.
«Se ha visto al vicepresidente más cercano al escuchar a la población y al presidente siendo muy autoritario, tal cual como se le ha visto en sus campañas políticas de siempre», explicó el legislador sobre Giammattei, quien llegó a la jefatura de Gobierno tras buscarla por 16 años.
Para el presidente, las diferencias con Castillo le abren un frente más, a la espera de una manifestación convocada este sábado por artistas, colectivos y docenas de entidades para protestar en contra del presupuesto del Estado 2021 y también en contra de la Junta Directiva del Congreso.