Toronto (Canadá), 27 nov (EFE).- La directora argentino-canadiense Noemí Weis acaba de estrenar «Connecting the Dots», su último documental sobre la salud mental de la juventud que es el primer film que trata la temática desde la perspectiva de los jóvenes de varios continentes y con una visión global.
Weis, nacida en Buenos Aires pero afincada desde hace décadas en Canadá, declaró en una entrevista con Efe que el film es fruto de tres años de trabajo y dos años «de investigación muy profunda» en una problemática que para la cineasta ha alcanzado niveles de crisis mundial.
En «Connecting the Dots», la cámara de Weis sigue a Nathan, un joven estadounidense que recorre el mundo dando charlas a jóvenes sobre su propia experiencia como alguien que padece problemas ansiedad y depresión. Weis y Nathan viajan a Canadá, Estados Unidos, Argentina y Zimbabue para escuchar a los jóvenes de estos países que sufren problemas de salud mental.
«En todo el mundo, los jóvenes están sufriendo una crisis de salud mental. El suicidio es la primera causa sanitaria de muerte entre los jóvenes», explicó Weis, conocida por películas como «MILK», que trata el problema de la nutrición infantil, y «Abuelas», sobre las argentinas que durante décadas han buscado a sus nietos robados durante la dictadura militar.
A pesar de su larga trayectoria dirigiendo documentales sobre problemáticas duras, Weis reconoció que «Connecting the Dots», que ha sido seleccionado para el Festival Internacional de Cine de Los Ángeles, «es probablemente el film más difícil que he hecho. A nivel personal, me afectó enormemente. Y fue difícil de producir».
Weis también destacó que la problemática de la salud mental juvenil cobra incluso más importancia ahora en tiempos de la pandemia de la covid-19, cuando «la salud mental de los jóvenes está a flor de piel en todas partes».
La directora argentina señaló su satisfacción con la acogida que tuvo el estreno del film la semana pasada y que tuvo que ser virtual debido a las restricciones impuestas por la pandemia. «Fue increíble juntar tanta gente de todos los continentes para asistir al estreno virtual», explicó.
Weis insiste en que una vez que se adentró en la problemática de la salud mental juvenil y descubrió su magnitud, también se dio cuenta que es algo que se reproduce en todas las sociedades sin importar el nivel cultural o económico.
«La respuesta de los jóvenes era la misma en Zimbabue que en Argentina que en Estados Unidos o Canadá», dijo.
Por ello, Weis se ha centrado en las razones que han provocado esta crisis mundial y, sobre todo responder a la pregunta «¿qué hemos hecho como sociedad para crear esto?».
Y la cineasta añadió que la única forma de hallar las respuestas es escuchar a los jóvenes. «Por eso en el film no aparecen adultos. Los únicos que hablan son los jóvenes. No vamos a poder llegar al cambio si no son parte de la conversación», afirmó.
Una de las conclusiones a las que llegó la cineasta es que no son necesarios grandes recursos para buscar soluciones pero sí una voluntad de enfrentarse al problema.
La directora pone como ejemplo los llamados «bancos de la amistad» que aparecen en su film y que existen en Zimbabue, un país donde sólo hay quince psiquiatras para una población de 16 millones de personas.
Ante la imposibilidad de que las personas con problemas de salud mental puedan acceder a profesionales, en el país africano se ha puesto en marcha una red de abuelas capacitadas para proporcionar una terapia básica cognitivo-conductual.
Estas abuelas se sientan en bancos en los parques para básicamente hablar con personas que sufren una crisis de salud mental.
Weis terminó señalando que el objetivo del film es «llamar la atención de los adultos sobre la crisis que sufre la juventud».