Santiago de Chile, 22 ene (EFE).- Chile promulgó este viernes una ley que permite a las personas con enfermedades terminales y con una esperanza de vida menor a 12 meses retirar de forma anticipada sus fondos de pensiones, una iniciativa aprobada por la mayoría del arco parlamentario.
«Este retiro anticipado va a significar un alivio para quienes viven esta difícil y dolorosa situación, y también va a contribuir a dar mayor dignidad a los enfermos terminales y mayor humanidad a nuestra sociedad», indicó el presidente chileno, Sebastián Piñera.
Piñera, que se encuentra en cuarentena preventiva luego de que un trabajador de su hogar diera positivo la semana pasada, explicó que la ley entrará en vigor en julio, pero que los enfermos terminales «especialmente graves» podrán acceder al beneficio en marzo.
Una comisión médica dependiente de la estatal Superintendencia de Pensiones será la encargada de estudiar las solicitudes de quienes postulen al beneficio, teniendo un plazo máximo de siete días hábiles para emanar un dictamen.
Los beneficiados no recibirán su pensión de una vez, sino que se toma el monto ahorrado y se distribuye en 12 cuotas, como una especie de renta temporal, aunque están obligados a mantener una cantidad mínima de sus fondos en las aseguradoras.
Según estimaciones oficiales, en Chile existen alrededor de 140.000 personas con enfermedades terminales, de las cuales 40.000 tienen cáncer en su etapa final, la segunda causa de muerte en el país durante 2020 después del covid-19.
Ideado por José Piñera, uno de los hermanos del actual mandatario, e instaurado durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), el sistema de pensiones chileno fue pionero en establecer la capitalización individual del trabajador y se replicó en otros países latinoamericanos.
Los fondos son gestionados por las llamadas Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), empresas privadas que obtienen beneficios millonarios tras invertir los ahorros en los mercados y que son muy criticadas por las bajas pensiones que otorgan.
La transición hacia un modelo más solidario y con mejores pensiones es una de las principales demandas de la ola de protestas que estallaron en octubre de 2019 y que dejaron una treintena de muertos y miles de heridos.
Tras dos reformas inéditas, el Parlamento chileno permitió el año pasado en dos ocasiones el retiro anticipado del 10 % de los fondos de pensiones para tratar de amortiguar la crisis económica derivada de la pandemia, que ya deja 690.066 infectados y 17.786 decesos desde marzo.