Buenos Aires, 11 feb (EFE).- Argentina inició 2021 con una elevada inflación, del 4 % en enero, un escenario ante el cual el Gobierno de Alberto Fernández busca responder con la búsqueda de un «acuerdo de precios y salarios» con sindicatos y patronales.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos informó este jueves que los precios al consumidor en Argentina registraron en enero pasado una subida del 4 % frente a diciembre último y un alza interanual del 38,5 %.
El índice verificado en el primer mes del año es idéntico al de diciembre, cuando la inflación también fue del 4 %, la tasa más alta desde noviembre de 2019.
De acuerdo con el informe oficial, entre las subidas registradas en enero se destacaron las del segmento de comunicaciones (15,1 %), un salto que se explica por el aumento de las tarifas de telefonía e internet, pero la mayor incidencia en el índice general de enero la han tenido los precios de los alimentos y bebidas, que crecieron el 4,8 %.
Los precios al consumidor habían acumulado el año pasado una subida del 36,1 %, logrando una desaceleración respecto al 53,8 % verificado en 2019, en un contexto de recesión económica iniciada en 2018 y que se ha profundizado por la pandemia de la covid-19.
PROYECCIONES DIVERGENTES
El Gobierno de Alberto Fernández mantiene una previsión presupuestaria de inflación para este año del 29 %, un pronóstico que los expertos no comparten.
Las últimas proyecciones privadas que recaba mensualmente el Banco Central calculan que la inflación será este año del 50 %.
Las variables que los expertos tienen en cuenta a la hora de pronosticar una creciente inflación para los próximos meses incluyen, por un lado, cierta recuperación del consumo que presionaría sobre los precios en la medida en que la economía empiece a mejorar tras un desastroso 2020.
Por otro lado, advierten la persistencia de problemas fiscales y monetarios que también inciden en la inflación.
Otros factores que ejercerían presión sobre los precios son las eventuales subidas en las tarifas de servicios públicos, prácticamente congeladas el año pasado, y las negociaciones salariales que se avecinan.
«Debe computarse una eventual recuperación del consumo, cuyos bajos niveles en 2020 quitaron presión sobre algunos precios. También debe tenerse en cuenta el resultado de las paritarias (negociaciones salariales) si no resulta exitosa la propuesta gubernamental de un acuerdo de precios y salarios», observó Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la Nueva Economía de la Universidad de Belgrano.
Por lo demás, los altos precios internacionales de los granos, derivados y carnes que exporta Argentina también están incidiendo en los valores de comercialización de alimentos en el mercado doméstico, un fenómeno que preocupa al Gobierno y por el que este miércoles ya mantuvo reuniones con las patronales del sector agropecuario.
«La recuperación de los precios internacionales de nuestras exportaciones es una buena noticia para el comercio exterior. Pero genera una mayor dificultad para el frente inflacionario. ¿Podrán desacoplarse los precios internacionales de los internos sin poner en riesgo el volumen de exportaciones y los ingresos de divisas?», se preguntó Beker.
ACUERDO DE PRECIOS Y SALARIOS
En este contexto, el Ejecutivo argentino citó esta semana a sindicatos y empresarios para buscar un «acuerdo de precios y salarios».
Según explicó este miércoles el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, no se trata de firmar un pacto escrito sino de establecer «acuerdos políticos» para controlar la evolución de precios y salarios y que se cumpla la proyección de inflación del 29 % incluida en el Presupuesto.
Tras reunirse con los sindicatos, el Gobierno aseguró que no impondrá un «techo» a las negociaciones salariales y dijo que aspira a que este año los salarios crezcan en términos reales, aunque su cálculo de inflación para 2021 está muy por debajo del de las consultoras privadas.
El año pasado, con una inflación del 36,1 %, los salarios quedaron algo rezagados: crecieron 34,4 % en el sector privado registrado y 26,8 % en el sector público, de acuerdo a datos oficiales difundidos este miércoles.
En cuanto al sector empresarial, que este jueves se reunió con el Gobierno, la intención del Ejecutivo va en la misma línea: recuperación del salario real pero sin trasladar costes a los consumidores.
«El gran desafío es tener una reactivación y eso necesita que el mercado interno tenga salarios que recuperen capacidad adquisitiva», dijo el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, tras la reunión con una treintena de representantes de las mayores empresas del país.
Kulfas sostuvo que los empresarios tuvieron una «actitud positiva» e indicó que se hará un monitoreo de los precios y las estructuras de costes en las principales cadenas productivas y que los distintos sectores formularán «compromisos» de precios máximos.