La Habana, 12 feb (EFE).- Disfrutar de cinco noches y seis días de hotel en Cuba está hoy más que nunca al alcance de cualquier bolsillo, con una sola condición: el huésped no puede salir de la habitación. Los «paquetes de confinamiento» son la respuesta al hundimiento del turismo en la isla por la pandemia de la covid-19.
Algunos hoteles del país caribeño se resisten a quedarse vacíos: seis establecimientos en La Habana, uno en Varadero y cinco más en otras regiones reciben desde el pasado fin de semana a clientes de todas las nacionalidades que han aprovechado una de las nuevas ofertas.
Con un precio mínimo de 250 dólares y un máximo de unos 600, el paquete de confinamiento incluye traslado y alojamiento con pensión completa en establecimientos de entre tres o cinco estrellas, además de atención médica y el número de pruebas PCR necesarias para que el sexto día el cliente pueda ser liberado si se descarta la infección de covid-19.
DOS OPCIONES: GRATUITA Y DE PAGO
Cuba sufre estos días la segunda ola de contagios de la covid-19 con entre 500 y más de un millar de casos al día en las últimas semanas, cifras récord para este país de 11,2 millones de habitantes que había superado con éxito los primeros meses de la pandemia, en los que los positivos diarios nunca llegaban al centenar.
Para contener los contagios, que en esta segunda ola se atribuyeron sobre todo a los viajeros procedentes del exterior, todo el que arriba al país está obligado a someterse a aislamiento hasta, al menos, acumular dos pruebas PCR negativas con al menos cinco días de margen.
Así, existen dos opciones de aislamiento: la gratuita, que es pasar al menos una semana en instituciones estatales de dudoso confort habilitadas en lugares como campismos y residencias estudiantiles, y la de pago, con uno de los nuevos paquetes que se pueden adquirir online en origen o directamente en la sala de llegadas del aeropuerto.
Los cubanos y residentes en la isla pueden elegir entre ambas, mientras los extranjeros que llegan como turistas o para otros fines no tienen la opción de ir a un centro estatal, y deben pasar el periodo de aislamiento en un hotel.
«Estamos haciendo acciones en las redes para que el cliente venga con el paquete comprado», declaró la directora de mercadotecnia de la agencia estatal Havanatur, Isabel Docampo, en un encuentro con Efe y otros medios internacionales en La Habana para explicar la nueva iniciativa.
CUBANOS Y TURISTAS
Hasta el momento, la mayoría de los centenares de viajeros que han adquirido alguno de los «paquetes de confinamiento» son cubanos residentes en otros países, principalmente en Estados Unidos, que regresan para visitar a sus familiares, según Docampo.
También hay cubanos que regresan de viajes personales o de trabajo, como es el caso de Madeline Hernández, que esta semana llegó de República Dominicana con su familia y se aloja en el hotel de cuatro estrellas Comodoro, en el oeste de La Habana.
«Yo viajo por trabajo y mi empresa nos paga el paquete, así que no tenemos que ir a un centro de aislamiento, que son otras condiciones», explica desde el balcón de su bungalow esta mujer de 49 años, que trabaja para una compañía extranjera en la capital cubana.
Si bien los cubanos ocupan a día de hoy la inmensa mayoría de habitaciones de hotel reservadas para viajeros en aislamiento, en Havanatur creen que sus ofertas podrían también resultar atractivas para turistas europeos, asiáticos o del continente americano que quieran escapar del frío y las duras restricciones impuestas en sus respectivos países.
«El turista que llega y compra el paquete está esas cinco noches y seis días en el aislamiento y, si da negativo, puede seguir haciendo un recorrido por todo el país o seguir haciendo el programa que vino a hacer aquí», asegura la representante de Havanatur.
AQUÍ MANDAN LOS DOCTORES
Algunos hoteles cubanos, como el Comodoro o el aledaño Meliá Habana (cinco estrellas), nunca llegaron a cerrar por la pandemia y ahora alojan a viajeros en aislamiento, por lo que han tenido que adaptar parte de sus instalaciones a los estrictos protocolos de higiene y seguridad que requieren este tipo de huéspedes.
Marino Elorza, director general del Meliá Habana, explica las normas básicas para evitar contagios: «barreras físicas, como pantallas y guantes en los trabajadores, la observancia máxima de todos los procesos marcados por Salud Pública y la comunicación continua con nuestro equipo de doctores dentro del hotel».
Estos doctores visitan dos veces al día a cada huésped en aislamiento para comprobar su estado de salud y tomarle la temperatura.
«Siempre les digo a los clientes: ahora aquí quien manda en el hotel es la bata blanca, son los doctores, porque la prioridad es que nos cuidemos todos», afirma el director de este hotel, que reserva 90 habitaciones para viajeros en aislamiento de las cuales en este momento están ocupadas 22.