Panamá, 4 mar (EFE).- La Superintendencia de Bancos de Panamá (SBP) subrayó este jueves la necesidad de «avanzar hacia la consolidación fiscal» para preservar el grado de inversión del país, degradado por el golpe a la economía debido la pandemia, que llevó en el 2020 al derrumbe del crédito y de las utilidades de la banca.
Al presentar el informe sobre el desempeño del sistema bancario en el 2020, el superintendente del sector, Amauri Castillo, recordó que en febrero pasado Ficht degradó la calificación de riesgo de Panamá de BBB a BBB-, sustentándose en el efecto de la pandemia sobre la economía y las finanzas públicas, pero manteniendo el grado de inversión.
«Trabajemos», cada quien desde su sector, «para procurar que no perdamos el grado de inversión», lo que tendría como «efecto inmediato» la posibilidad de un «aumento en el costo de los fondos» el cual se va a «trasladar» a los usuarios de banca en Panamá, un país que carece de banco central.
A juicio del regulador, Panamá debe «avanzar hacia la consolidación fiscal para evitar nuevos ajustes a la calificación soberana: que las finanzas públicas se sigan manejando de manera responsable, sostenible, que el nivel de endeudamiento se mantenga en límites que permitan al país seguir adelante».
«Mantener el grado de inversión es un reto», dijo Castillo, que alertó que perderlo supondría «un ingrediente adicional adverso» al ya complicado entorno económico, con una caída del producto interno bruto (PIB) en el 2020 del 17,9 %, un desempleo de 18,8 % a septiembre pasado, la tasa más alta en 20 años, y una informalidad del 52,8 %.
Con una economía afectada por la pandemia, el aumento de la tasa de desempleo y el crecimiento de la informalidad, el desempeño del crédito será un desafío en el 2021, reconoció Castillo.
Panamá debe además continuar con sus esfuerzos para salir de lista del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) de países con deficiencias en la prevención del blanqueo y la financiación del terrorismo
Estar en la lista del «GAFI afecta la imagen, la reputación (de Panamá) tenemos que salir», por lo que hay que «continuar trabajando en el plan de acción», que contempla el fortalecimiento de tres aspectos en el sector financiero y de cuatro en el sector no financiero, indicó el funcionario.
CAÍDA DE LAS UTILIDADES Y DEL CRÉDITO
Las utilidades del centro bancario internacional (CBI), conformado por varias decenas de entidades, cayeron el 2020 en un 45 % respecto al año anterior CBI, con una disminución de 839 millones de dólares, precisó el informe de la SBP.
Se registró una caída del 4,4 % de la cartera crediticia, mientras que «los créditos nuevos desembolsados durante el 2020 sufrieron una reducción considerable, por el orden del 40 %».
El resultado de la cartera de créditos «fue un reflejo de la situación económica», con una economía semiparalizada entre marzo y septiembre por las restricciones de movilidad para frenar la covid, dijo Castillo.
La Superintendencia indicó que «más de un millón de operaciones de crédito se acogieran a las medidas de alivio financiero» por lo que «un número significativo de deudores han renegociado sus términos y condiciones y estarían pagando lo pactado».
Un efecto inverso de la situación fue el crecimiento en el 2020 en un 8,1 % de los depósitos, lo que se atribuye a que los «hogares aumentaron su propensión al ahorro ante la incertidumbre, a las restricciones de movilidad y a los fondos provenientes de las indemnizaciones por liquidaciones» de empleo, explicó Castillo.
El índice de liquidez legal se situó cerca del 63,5 % al cierre de 2020, mientras que el índice de adecuación de capital sobre activos ponderados por riesgo es de 15,89% para el CBI, casi el doble del mínimo regulatorio que es de 8 %, según los datos oficiales.