Sao Paulo, 22 abr (EFE).- La agencia de calificación de riesgo Moody’s afirmó este jueves que la decisión de Brasil de «excluir» los gastos adicionales relacionados con la pandemia del coronavirus del techo fiscal es «negativa» para el perfil crediticio del país.
«Moody’s espera que las autoridades mantengan su compromiso con la consolidación fiscal en los próximos años», indicó la firma estadounidense, que sitúa la nota de la deuda soberana de Brasil en «Ba2», aún en el terreno de lo especulativo, con perspectiva «estable».
Sin embargo, la vicepresidenta y analista sénior de Moody’s, Samar Maziad, dijo en el informe que «en el caso de que se creen excepciones recurrentes para acomodar gastos por encima del techo», la «credibilidad» de ese instrumento será «cuestionada».
Y ello tendrá «implicaciones negativas para el coste y la dinámica de la deuda» pública de Brasil, añadió.
La agencia de calificación hizo referencia al acuerdo entre Gobierno y Congreso para que los gastos extras relacionados con la covid-19 no estén sujetos este año al techo de gastos obligatorio.
Ese pacto sentó las bases para que el presupuesto de Brasil de este año sea finalmente sancionado por el presidente Jair Bolsonaro.
La exclusión de los gastos sanitarios adicionales del límite fiscal fue la fórmula que encontraron las autoridades para ajustar las cuentas de este 2021 e incluir una serie de partidas obligatorias que no habían sido contempladas en el texto aprobado por el Parlamento.
No obstante, los agentes económicos observan con preocupación este tipo de atajos y temen que la crónica crisis fiscal del país se agrave todavía más este año.
En 2020, el déficit público llegó hasta el 14 % del Producto Interno Bruto (PIB) y la deuda alcanzó niveles récord por encima del 90 % del PIB.
Ese empeoramiento del cuadro fiscal fue consecuencia del enorme desembolso que realizó el Gobierno para paliar los efectos económicos de la pandemia del coronavirus, con la distribución de, por ejemplo, subsidios que llegaron a 68 millones de brasileños.
Ante el repunte en el número de contagios y muertes asociados a la covid-19, el Ejecutivo se ha visto forzado a recuperar este año esas ayudas destinadas a los más vulnerables, aunque con valores inferiores y un universo menor de personas beneficiadas.
Brasil vive en estos momentos la peor fase de la pandemia, agravada por la circulación de variantes del virus consideradas más infecciosas, y hasta la fecha contabiliza más de 380.000 fallecidos y 14,1 millones de infectados.