La Paz, 27 abr (EFE).- Los criadores de camélidos y artesanos que trabajan con sus derivados en Bolivia buscan recuperarse tras un año en que la pandemia de la covid-19 afectó a su economía, para lo cual promueven iniciativas como un festival presentado este martes con un desfile y exposición de productos.
El «Festillama» es una iniciativa ideada por los emprendedores para mostrar su producción, explicó a Efe el presidente de la Asociación de Productores de Camélidos para la Promoción de Productos Andinos del Departamento de La Paz (Aproca-Lp), David Castillo.
Castillo explicó que el sector ha sido «fuertemente afectado» por las restricciones que rigieron en 2020 contra la pandemia de la covid-19.
Por ejemplo, los artesanos «hemos sido afectados porque no ha habido ferias, no ha habido eventos. Entonces por eso sale la idea de llevar adelante este Festillama», explicó.
Los productores y artesanos presentaron la iniciativa en un evento efectuado en la Vicepresidencia boliviana en La Paz al que asistieron diputados nacionales y concejales electos en los recientes comicios subnacionales.
Un desfile de modas engalanó la presentación del festival, con modelos que lucieron suéteres, vestidos, bufandas, mantas, sacos, gorros y joyas tejidas con fibras de camélidos como alpacas y llamas, además de otros accesorios fabricados con el cuero de esos animales, como zapatos y sombreros.
También hubo una exposición de estos productos textiles, además de alimentos derivados como el charque o carne seca, muy típico de la zona altiplánica boliviana, u otros ya elaborados como brochetas y hamburguesas hechas con carne de llama y quinua por la empresa «A toda llama».
LOS EMPRENDEDORES
Entre los expositores estuvieron las artesanas de los municipios paceños de Charazani y Curva con la marca «Kallawaya», un nombre alusivo a esa cultura de médicos ancestrales que fue declarada Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad en 2003 por la Unesco.
Las mujeres de estos municipios, donde la crianza de camélidos es fuerte, elaboran finas joyas tejidas con coloridas fibras de alpaca como aretes, collares, gargantillas y pulseras, además de llaveros y separadores de hojas, reflejando iconografías propias de su cosmovisión y cultura, explicó a Efe la artesana Adelina Calancha.
«Nosotros plasmamos en nuestros tejidos toda la naturaleza, el sol, las estrellas, las aves, las flores», señalo Calancha y destacó la importancia de iniciativas como el festival para que se conozcan su cultura y artesanías.
En dieciséis de las veinte provincias que tiene La Paz hay unas 32.000 familias «que se benefician del sector de camélidos con su crianza», destacó en el evento el ingeniero Franklin Blanco, un experto de Aproca-Lp.
Se calcula que hay unos 700.000 camélidos en los 48 municipios paceños que se dedican a la crianza y aprovechamiento de estos animales y son unos 500 emprendedores que transforman los derivados en productos textiles y alimentos y que promueven el «Festillama», indicó.
Blanco destacó que los camélidos «son un símbolo de Bolivia», ya que, por ejemplo, se encuentran en el escudo de armas del país.
«Los emprendedores tenemos que encaminarnos para que nuestra economía empiece a recuperarse. Hemos sido afectados, sí. Queremos recuperar y lo vamos a hacer. En este evento de la Festillama ese va a ser uno de los propósitos», concluyó.
Se prevé que el festival se efectúe en mayo en la zona sur de La Paz y cada mes se buscará llevarlo a otros lugares, con miras a llegar a otros departamentos e incluso fuera del país, junto a la promoción y venta mediante plataformas electrónicas.