Ciudad de Panamá, 3 may (EFE).- Moody’s indicó este lunes que la inversión en infraestructura será «clave» para la recuperación de la economía de Panamá, que se derrumbó un 17,9 % en el 2020 como consecuencia de la pandemia y que este 2021 crecerá «entre un 8 % y un 10 %», según los cálculos de la calificadora.
«De cara al futuro, la continuación de la inversión en infraestructura, que es parte de la agenda del Gobierno, será clave para mejorar las perspectivas de crecimiento a medio plazo del soberano y revertir la tendencia de la deuda», indicó un nuevo reporte de Moody’s.
La calificadora recordó que en las últimas dos décadas «la inversión ha tenido una fuerte contribución al crecimiento, que ha aumentado la participación de la construcción en la economía a alrededor del 20 % en el lapso 2017-2019».
Esta tasa es muy superior al 12 % del PIB que representan el transporte y almacenamiento, que incluye actividades relacionadas con el Canal de Panamá, sectores que demuestran que la economía de Panamá es abierta y está vinculada a la dinámica del comercio mundial.
«La transición a una economía totalmente impulsada por los servicios sigue estando muy lejos, dada la falta de habilidades adecuadas en la fuerza laboral», afirmó la calificadora.
PROYECCIONES DEL PIB
Moody’s indicó que controlar la pandemia y reiniciar los grandes proyectos de infraestructura serán elementos críticos para la recuperación de Panamá, un país de 4,2 millones de habitantes para el que espera un crecimiento de entre 8 % a 10 % del PIB en este 2021.
Panamá, que acumula 365.299 casos y 6.244 muertes por la covid, inició el pasado 20 de enero la vacunación contra la enfermedad, ha aplicado ya 692.764 dosis y ha dicho que espera recibir hasta septiembre próximo 6,5 millones de las 9,2 millones de porciones que tiene previsto comprar.
Más allá del 2021, la calificadora espera que el crecimiento se mantenga entre 4 % y 5 %, muy por debajo de las tasas registradas en la historia reciente (un promedio del 6 % entre 1990 y 2019).
Según Moody’s la economía de Panamá volvería a su nivel de 2019 para el 2023, en un contexto en el que «la inversión seguirá impulsando ese crecimiento».
LOS DESAFÍOS PARA EL CRECIMIENTO
El crecimiento a medio plazo dependerá de la inversión continua, ya sea directamente a través del gasto de capital o a través de las asociaciones público-privadas (APP), dijo.
«Los desafíos incluyen la capacidad del gobierno para atraer inversión extranjera directa y de movilización de recursos para seguir construyendo infraestructura pública (por ejemplo, transporte) en el contexto de un espacio fiscal mucho más limitado después de la pandemia», añadió la calificadora.
El déficit fiscal de Panamá en el 2020 se elevó hasta el 10,1 %, desde el 3,1 % de 2019, mientras que la deuda pública pasó a representar el 69,8 % del PIB desde el 46,4 %, según datos difundidos por Moody’s en marzo pasado, cuando degradó a Baa2 con perspectiva estable la calificación soberana.
El país centroamericano, sostuvo este lunes la calificadora, «todavía tiene una gran brecha de infraestructura, lo que presenta una oportunidad para grandes proyectos de infraestructura de transporte».
«Además, para que Panamá haga la transición a largo plazo a un centro logístico y comercial para las Américas, y una economía totalmente basada en servicios similar a Singapur, necesitará continuar desarrollando capacidad».