Buenos Aires, 7 may (EFE).- El presidente argentino, Alberto Fernández, anunció este viernes una serie de medidas para mejorar el poder adquisitivo de los más pobres en el país austral, en un acto en el que pidió el aporte de los empresarios ante la inflación en los alimentos y avisó a los acreedores que privilegiará a los argentinos.
Fernández señaló que tiene «que ver la manera de poder financiar este esfuerzo que el Estado está haciendo».
Indicó que en parte logró recursos a través del impuesto a las grandes fortunas, que fue pagado por un 80 % de los afectados: “Agradezco a cada uno de los que pagó” porque “fueron solidarios”, pero dijo que los argentinos deben “lamentar el egoísmo” de los otros.
En tanto, Fernández mandó el mensaje a los acreedores que “primero están los argentinos”, en medio de las negociaciones del país austral con el Fondo Monetario Internacional por la deuda de unos 45.000 millones de dólares y el pedido de los senadores oficialistas para que los derechos especiales de giro que otorgaría el organismo multilateral se apliquen a pagar los gastos por la pandemia y no los vencimientos.
“Ningún acreedor va a ser priorizado a los intereses de los argentinos”, dijo Fernández.
Reconoció el “enorme trabajo” en ordenar la deuda del ministro de Economía, Martín Guzmán, presente, quien logró reestructurar la deuda con acreedores privados del país, pero con quien la coalición gobernante mantiene una disputa interna sobre cómo renegociar la deuda con el FMI.
“Esperamos terminar el trabajo pendiente de ordenamiento de la deuda que hemos heredado”, dijo Fernández.
“Los acreedores deberán esperar hasta que los argentinos recuperen la dignidad de vivir en una sociedad que los contenga”, agregó.
Guzmán también mantiene una disputa interna por la falta de aumento de las tarifas de servicios públicos que deriva en mayor pago de subsidios públicos: “Hoy tenemos un sistema de subsidios energéticos que es pro-rico”, defendió, y pidió una autocrítica al respecto.
MAS DINERO PARA ALIMENTOS
El anuncio de Fernández consistió en que la Tarjeta Alimentar se entregará a las madres con hijos hasta 14 años, ya que hasta hoy era un aporte de dinero para la compra de alimentos para familias con niños de hasta seis años.
La Tarjeta Alimentar -cuyos montos varían de 6.000 pesos (63 dólares) a 12.000 pesos (127 dólares)- alcanzará así a 3,7 millones de niños y a casi 2,5 millones de familias, muchas de las cuales además reciben otros programas sociales.
Según explicó, este programa costará unos 250 millones de pesos al Estado, un 0,7 % del PBI.
El anuncio se realizó al finalizar la quinta reunión del Consejo Federal Argentina contra el Hambre, donde el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, recordó que 57 % de los menores de 14 años son pobres en el país austral, en tanto 10 millones de personas reciben asistencia alimentaria y persisten problemas de calidad nutricional.
Arroyo también señaló “el precio de los alimentos como uno de los puntos más críticos hoy en particular en los barrios”, ya que en marzo la inflación en ese rubro alcanzó el 44,8 % anual.
INFLACION DE ALIMENTOS
Fernández llamó a la solidaridad y el aporte de los empresarios ante los aumentos de precios de los alimentos en un contexto de 42 % de pobreza.
“Buscamos aliviar la penuria de los que reciben este ingreso para alimentar a sus hijos pero se enfrentan con un aumento de precios en los alimentos que es imposible de explicar”, exclamó.
Señaló que “cada vez que la economía crece, empieza la disputa de ver quién se lleva la mayor tajada” de ese crecimiento y criticó que la suba de los precios internacionales de alimentos se traslade al mercado interno.
“La puja sectorial en algún punto tiene que encontrar un límite”, afirmó.
“Nuestra vocación por la progresividad es absoluta”, afirmó Fernández, y “salir de la Argentina de la gran concentración” hacia una que “distribuye mejor sus recursos e ingresos”.