Ciudad de México, 9 may (EFE).- El avance de la vacunación en adultos mayores y la baja de contagios inyectan recuperación al sagrado Día de las Madres en México, donde los comerciantes esperan recobrar el 70 % del nivel de ventas que tenían antes de la pandemia.
La esperanza la ilustra el Mercado de Jamaica, el sitio de venta de flores más conocido de la capital del país, que hace un año cerró en estas fechas por un brote de covid-19 que lo catalogó como «zona de alto contagio» y ahora busca la normalidad.
“Hay que recordar que el año pasado nos cerraron el mercado por lo de la pandemia, entonces los invitamos a todos a que vengan ahorita, que nos ayuden a reactivar la economía, viniéndonos a comprar», comenta a Efe Abigail Gutiérrez, quien desde hace 20 años ayuda a su familia en el puesto de flores.
ENTRE CONTAGIOS Y VENTAS BAJAS
México es el cuarto país con más muertes por covid-19 con casi 220.000 decesos y más de 2,36 millones de contagios, pero las autoridades afirman que hay 15 semanas consecutivas de reducción tras el pico máximo de enero.
Hace un año, al inicio del primer pico, los negocios dejaron de percibir 36.000 millones de pesos (1.800 millones de dólares) por el Día de las Madres, 80 % de las ventas del año anterior, según la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco Servytur).
Ahora, la Concanaco espera ventas por 33.000 millones de pesos (1.650 millones de dólares), que representan cerca del 70 % de los ingresos normales, que en 2019 fueron de 48.000 millones de pesos (2.400 millones de dólares).
Además, el 10 de mayo coincidirá con el inicio del nuevo color amarillo, de nivel medio de riesgo, del semáforo de riesgo epidémico de Ciudad de México, que permitirá más aforos en comercios y restaurantes.
Aun así, vendedoras como Mónica Juárez todavía perciben que la «normalización» va «tranquila».
“Muy floja, casi no hay ventas, se secan las flores y se tiran a la basura, sí están bajas las ventas”, lamenta.
El Consejo Mexicano de la Flor (Conmexflor) reporta una caída de 50 % en las ventas totales en 2020, de las que 10 % corresponden al Día de las Madres.
Aunque este 10 de mayo prevé recuperar sus niveles normales de 2.000 millones de pesos (100 millones de dólares), comerciantes como Ulises Bernardino expresan cautela porque en el mercado «sí está entrando gente», pero el volumen de visitantes es todavía menor frente a otros años.
“Se llenaba todo el pasillo completo, no se podía ni pasar y ahorita pues a ver cómo se pone, cómo nos vaya”, expresa.
UN DÍA SAGRADO
En México, el Día de las Madres se festeja el 10 de mayo desde 1922 por institucionalización del entonces secretario de Educación Pública, José Vasconcelos.
Desde entonces, esta fecha es casi religiosa en México, un país con más de 35 millones de madres, según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).
De hecho, especialistas atribuyen parte del primer pico de contagios de covid-19, que llegó a su máximo en julio de 2020, a los festejos del 10 de mayo, por lo que algunas personas, como Mercedes Vázquez, usarán la fecha para «agradecer que están vivas”.
“Por un lado contentos porque vivimos, todavía estamos nosotros con salud, los que estamos aquí, los que ya no están, que pierden sus familiares, pues es lamentable, no hay un festejo”, comenta Mercedes, quien se animó a acudir al mercado ante la baja de casos.
Otras personas, como Petra Cruz, manifiestan que ahora “la esperanza es la vacuna”.
El Gobierno de México presume de haber cumplido la meta de vacunar a más de 11 millones de adultos mayores de 60 años con al menos una dosis, como es el caso de Petra, además de iniciar este mes con la inmunización de casi 10 millones de personas de 50 a 59 años.
Por eso, Petra, que perdió a cinco familiares por covid-19, se siente ahora con la confianza de ir a llevar flores a su madre al panteón, que el año pasado cerró por la emergencia sanitaria.
“Cuando es Día de las Madres voy a ver a mi madre que ahorita ya en paz descanse, le llevo sus flores, le llevo su veladora y el corazón queda contento a pesar de que ya no la vemos físicamente, la llevo aquí en mi corazón”, dice.