Barranquitas (Puerto Rico), 14 may (EFE).- José Meléndez, considerado el máximo marchista de Puerto Rico y quien aspiraba a competir en Tokio 2020, ha cambiado las zapatillas por el machete y las botas para dedicarse a la agricultura en su natal Barranquitas, en el centro de la isla.
El cambio se debió a varias razones: una lesión en una de sus rodillas lo impidió ir a los Juegos Panamericanos de Lima 2019 y luego, el nacimiento de su primer hijo, Liam, de ahora ocho meses, le restó tiempo de recuperación y entrenamiento, para dedicarse de lleno a su benjamín.
«Nos estamos dedicando a la agricultura, porque tengo un hijo que mantener, y porque el deporte no me daba para mantenerme y necesitaba un apoyo económico», indicó Meléndez a Efe este viernes en la Finca Agrícola Luis Meléndez, propiedad de su padre, del mismo nombre.
«Mi papá él fue el que me enseñó el amor por la tierra y lo que nos puede dar la tierra. Mis hermanos y yo somos los que somos por la agricultura», afirmó.
En la finca se cultivan plátano, calabaza, papaya, ají, yautía y limón, y se venden al detal y a restaurantes.
DESEA REGRESAR AL ATLETISMO
«Nos movimos a la agricultura porque en algún momento puedo retomar el atletismo», aseguró Meléndez, de 26 años y poseedor del récord en Puerto Rico en los 20 kilómetros marcha con un tiempo de 1:24.08 que logró en una competencia en Australia.
«Quise mejorar mi tiempo para la pandemia, pero las competencias fueron canceladas. Luego vino el bebé, ser papá y hombre de familia», reflexionó.
Meléndez empezó en el atletismo a sus 10 años en la Escuela Federico Degetau, en Barranquitas.
Allí, el entrenador Ramón Nieves, de quien Meléndez dijo que ha descubierto entre 30 y 40 atletas «talentosos», quiso un día poner a marchar a un grupo de niños «para ver qué talento podía ver y vio que lo hacía bien».
«Ese año competí en Barranquitas y un año más tarde fui campeón nacional», recordó Meléndez.
La marcha es una carrera que consiste en caminar rápidamente con uno de los pies siempre en contacto con el suelo, aunque la técnica y el constante movimiento de los brazos para impulsarse, ayuda al caminante a ir más rápido, aseveró Meléndez.
«Al principio, yo decía que ese evento no lo quería ni ver», admitió.
«Pero me destaqué y logré viajar a competir por primera vez a mis 15 años. Si lo que me resulta es la marcha, ahí voy a estar», dijo el también tres veces campeón de las Justas de la Liga Atlética Interuniversitaria de Puerto Rico.
LA DISCIPLINA ES LA CLAVE EN EL DEPORTE Y LA AGRICULTURA
El deportista, a su vez, comparó la agricultura con el deporte, con la vida y la necesidad de «tener disciplina».
«Si no tienes eso, no vas a llegar a nada. Lo que tengo en el deporte, me lo enseñó la disciplina», afirmó Meléndez, quien se ha propuesto también sembrar árboles de cacao y abrir un restaurante en Cidra, otro municipio en la zona montañosa de la isla y cercano a Barranquitas.
Por ello, el objetivo profesional de Meléndez es claro: «llegar a ser uno de los mejores agricultores, como fui uno de los mejores deportistas de Puerto Rico».
«En la agricultura pienso estar toda la vida y seguiremos haciéndolo hasta que las piernas me den y Dios quiera», aseguró.
QUIERO LOGRAR SU SUEÑO DE IR A UNOS JUEGOS OLÍMPICOS
Y aunque actualmente Meléndez se dedica de lleno a la agricultura, también desea entrenarse para el próximo ciclo olímpico y lograr uno de sus sueños: representar a Puerto Rico en unos Juegos Olímpicos.
«Mis planes ahora mismo son hacer un poco de dinero y que esté bien para retomar un ciclo completo de entrenamiento, que sería un ciclo olímpico. Ese es mi reto al momento. Si no es este ciclo, el próximo y lo intentaremos», afirmó.
Según dijo Meléndez, la edad pico de un marchista es entre los 28 y 32 años, por lo que tendrá el tiempo para volver a sus entrenamientos, hacer las marcas mínimas y clasificarse a los Juegos Olímpicos de París 2024.
Jorge J. Muñiz Ortiz