Río de Janeiro, 6 oct (EFE).- Nueve empresas, incluyendo tres gigantes del sector, la brasileña Petrobras y la colombiana Ecopetrol, disputan el jueves 92 concesiones para explotar petróleo en aguas profundas que Brasil ofrece en una polémica subasta por la proximidad de algunas áreas a delicados ecosistemas marinos.
Entre las nueve empresas inscritas para la Decimoséptima Subasta de Concesiones Petroleras de Brasil figuran las multinacionales Shell, Total y Chevron, la australiana Karoon, la alemana Wintershall y la estadounidense Murphy.
La novena empresa cuya inscripción fue autorizada por la Agencia Nacional de Petróleo (ANP, regulador) es la brasileña 3R Petroleum, una pequeña petrolera que se ha dedicado a explotar pozos maduros cedidos por Petrobras y que ganó musculatura en mayo al captar 155 millones de dólares con su debut en la bolsa de Sao Paulo.
Según el regulador, en la subasta del jueves serán ofrecidas 92 concesiones «localizadas en once sectores de elevado potencial y de nueva frontera» en cuatro diferentes cuencas sedimentares brasileñas en el océano Atlántico.
Tres de tales sectores están ubicados en la cuenca de Campos y otros tres en la cuenca de Santos, que son las principales y más antiguas áreas de producción de petróleo de Brasil, mientras que las cuencas de Pelotas, con tres sectores, y Potiguar, con dos, figuran entre áreas aún en exploración pero con gran potencialidad.
Los vencedores de la subasta serán las empresas que ofrezcan el mayor valor por la concesión, criterio que tendrá el 80 % de peso en el concurso, y que simultáneamente propongan el más ambicioso programa exploratorio en sus primeros meses de operación (20 %).
Las ofertas tendrán que superar el valor mínimo establecido por la ANP para cada concesión, que varía entre 630.000 reales (unos 116.667 dólares) para las ofrecidas en la cuenca de Pelotas y 122,2 millones de reales (unos 22,6 millones de dólares) para las ofrecidas en la cuenca de Santos.
La Decimoséptima Subasta de Concesiones estaba prevista para el año pasado pero tuvo que ser aplazada por la pandemia de la covid.
ANTERIOR SUBASTA GENERÓ VALOR RÉCORD
En su última subasta de concesiones), en octubre de 2019, la ANP recaudó un récord de 8.915,9 millones de reales (unos 1.651 millones de dólares al cambio actual) por las licencias para explotar 12 de las 36 áreas que puso en concurso.
Fue el mayor valor recaudado por Brasil en las 16 subastas de concesiones petroleras que ha organizado desde que, en 1999, puso fin al monopolio que tenía la estatal Petrobras para explotar petróleo en el país.
Los grandes vencedores en la subasta de 2019 fueron la española Repsol, que obtuvo una de las concesiones individualmente y otras tres en consorcio con la estadounidense Chevron y la alemana Wintershall; la malaya Petronas (una concesión individualmente y otras dos en consorcios), y las británicas BP Energy (una individual y otra en consorcio) y Shell (dos en consorcios).
De las 17 empresas inscritas en la subasta de 2019, de las que solo dos eran brasileñas (Petrobras y Enauta), once hicieron ofertas y diez obtuvieron concesiones.
Pese a la expectativa generada por la nueva subasta, que medirá el apetito de las petroleras por Brasil tras la pandemia, el concurso no ha estado exento de polémicas debido a la proximidad de algunas de las áreas ofrecidas a delicados ecosistemas marinos.
Varios grupos ecologistas tienen previstas manifestaciones el jueves frente al hotel de Río de Janeiro en que será realizada la subasta para protestar contra la oferta de derechos petroleros en áreas delicadas sin los debidos estudios de impacto ambiental.
La realización del concurso, además, depende de que ningún juez o tribunal acate las cuatro demandas judiciales y dos tutelas presentadas por partidos políticos y grupo ecologistas para intentar suspender la subasta.
Según los ecologistas, las concesiones de mayor riesgo son las ofrecidas en las cuencas Potiguar (litoral norte de Brasil) y Pelotas (sur) por estar próximas a áreas con rica biodiversidad marina, de reproducción de peces importantes para la pesca y de paso de animales amenazados de extinción como la ballena azul.
«Las operaciones de exploración y explotación de petróleo en esas áreas, caso sean concedidas, se producirán con niveles altos de riesgo y el peligro de eventuales derrames de pequeño, mediano y gran volumen. Además, la propia operación ya genera pérdidas para la producción de la pesca y para el turismo», asegura la organización ecologista Arayara, que coordina la movilización contra la subasta.
La misma organización recordó que los propios directores de petroleras, bancos y fondos de inversión han alertado sobre el riesgo jurídico y ambiental de la explotación en esas áreas, y que en el pasado multinacionales como la francesa Total desistieron de concesiones en Brasil por la polémica generada por su intención de operar en regiones con potencial peligro al ambiente.