Río de Janeiro, 29 oct (EFE).- La petrolera Petrobras, mayor empresa de Brasil, controlada por el Estado y que en los últimos días ha sido cuestionada por los seguidos aumentos de los precios de los combustibles que le garantizan elevadas ganancias, alegó este viernes que gran parte de su lucro lo distribuye a la sociedad.
«La mayor contribución que la empresa le hace a la sociedad es el pago de tributos y de dividendos. Y eso fue lo que hicimos. Devolvimos el lucro mediante la distribución de dividendos, incluso al Estado, que es el accionista mayoritario», afirmó el presidente de la compañía, Joaquim Silva e Luna, en una rueda de prensa.
El presidente de la petrolera, que tiene acciones negociadas en bolsa, pero cuyo controlador es el Estado, aclaró que Petrobras está prohibida por ley de ejecutar políticas públicas hacia la sociedad y que el Gobierno, que recibe la mayor parte de las ganancias distribuidas por la empresa, es el que decide cómo usarlas.
Silva e Luna, un general de la reserva del Ejército, respondió de esa forma a las críticas que hizo el propio presidente brasileño, Jair Bolsonaro, en el sentido de que Petrobras no podía seguir siendo una empresa preocupada tan solo en aumentar sus ganancias sin tener una preocupación social.
Bolsonaro, en recientes declaraciones, afirmó que la petrolera tan solo le generaba «dolores de cabeza»; volvió a sugerir la posibilidad de privatizarla; se quejó de los aumentos de los precios de los combustibles en Brasil, que ya superan el 40 % este año, y alegó que los récords de producción y de lucro de la empresa solo beneficiaban a sus accionistas.
Silva e Luna, en respuesta, recordó que el Estado no solo es el principal accionista de la compañía, por lo que recibe la mayor parte de los dividendos, sino también el principal beneficiario de la condición de la petrolera como mayor contribuyente de impuestos.
La empresa informó la víspera que, gracias a los elevados precios del petróleo y a sus ventas récords de combustibles en el país, acumuló un beneficio neto de 75.164 millones de reales (unos 13.422 millones de dólares) en los primeros nueve meses del año, con el que revirtió las pérdidas por 52.782 millones de reales (unos 9.425 millones de dólares) que sufrió en el mismo período de 2020.
Igualmente informó que los positivos resultados alcanzados en lo corrido del año le permitieron aprobar el pago de un nuevo anticipo de remuneración a los accionistas para el año 2021, de 31.800 millones de reales (unos 5.678 millones de dólares), prácticamente el mismo valor de los dividendos que distribuyó en agosto, y de los que el Estado se quedó con casi la tercera parte.
Silva e Luna insistió en que la empresa no busca «el lucro por el lucro» y que su objetivo es compartir sus ganancias con los accionistas y la sociedad mediante lo que devuelve en impuestos, dividendos e inversiones.
Dijo igualmente que los precios del petróleo han aumentado en todo el mundo y que la empresa tiene que elevarlos en Brasil para cumplir la ley, debido a que la legislación brasileña establece que el precio interno debe seguir el internacional para mantener la competitividad de la empresa, atraer nuevas inversiones y evitar el desabastecimiento.
«Petrobras no controla el precio. Las leyes brasileñas establecen cómo Petrobras tiene que imponer el precio. Eso fue determinado por el Congreso y no podemos actuar fuera de la ley», dijo.
Agregó que la empresa sí tiene una función social, que se refleja en cerca de 120 proyectos para beneficiar a unas 170 comunidades, y que no es insensible a los problemas de las familias más carentes.
«Sufrimos cuando tenemos que informar los aumentos y tan solo lo hacemos cuando estamos en el límite. No repasamos diariamente las oscilaciones del mercado internacional. Tan solo lo hacemos cuando ya no podemos evitar el reajuste», dijo.
«Recientemente creamos un nuevo programa para subsidiar a las familias carentes que necesitan gas para sus cocinas. Pese a que no podemos hacer políticas públicas sí tenemos una preocupación social y una acción social», agregó.
