Lima, 22 dic (EFE).- La participación de Perú como país invitado de honor en la 35 edición de la Feria del Libro de Guadalajara permitió que sus editoriales logren oportunidades comerciales por 7,5 millones de dólares, informaron fuentes oficiales.
La Comisión de Promoción del Perú para la Exportación y el Turismo (Promperú) señaló este miércoles que las proyecciones fueron superadas en mas de 2,5 millones de dólares tras la participación de más de 30 editoriales peruanas en la rueda de negocios que se celebró en Guadalajara.
Consideró que este resultado ha sido «gratificante», ya que la feria de Guadalajara es considerada la actividad editorial «líder de habla hispana», así como la segunda más importante de su tipo a nivel mundial.
En total, se realizaron más de 250 citas de negocios con profesionales latinoamericanos del sector, en las que participaron editoriales peruanas de las regiones Arequipa, Cusco, Huánuco, La Libertad, Lima, Loreto, Moquegua y Puno.
Además, como parte de las actividades promocionales presentadas por Promperú destacó un festival gastronómico en un hotel de Guadalajara, que contó con mas de 1.100 visitantes.
Perú también se encargó de servir los platillos de su reconocida gastronomía en el almuerzo inaugural de la FIL Guadalajara.
El país andino envió a la 35 Feria Internacional del Libro de Guadalajara, que se celebró del 27 de noviembre al 5 de diciembre pasado, una delegación que buscó reflejar su diversidad cultural, mediante su producción bibliográfica, gastronomía, música, artes escénicas y artes visuales.
Los peruanos asistieron con el lema «Perú: historias que nos conectan», que hizo referencia a cómo sus narraciones, literatura, arte y memoria, «generan conexiones y vínculos con México, y con el público visitante de la FIL Guadalajara».
Su participación comprendió un pabellón de 1.183 metros cuadrados, donde se desarrolló la mayor parte de las actividades culturales y profesionales de sus representantes y contó con una librería con más de 20.000 ejemplares de libros peruanos.
Además, tuvo un auditorio dedicado a su programa literario y una exhibición con la participación de artistas tradicionales, además de la exposición literaria «La vida sin plazos: escritoras en la ciudad de los 90».
