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23 de noviembre de 2024

Argentina inicia 2022 con una elevada inflación, un problema en la mira del FMI

Buenos Aires, 15 feb (EFE).- La inflación en Argentina fue en enero pasado del 50,7 % interanual y del 3,9 % en comparación con diciembre último, la tasa más alta desde abril pasado y que evidencia la dificultad del país para lidiar con uno de sus desequilibrios más persistentes, un problema que forma parte de las discusiones con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

De acuerdo con los datos difundidos este martes por el Instituto Nacional de Estadística y Censos, el índice de precios al consumidor de enero se ubicó en términos interanuales apenas 0,2 puntos porcentuales por debajo de la variación registrada en diciembre último.

En tanto, en la comparación con el mes previo, los precios experimentaron una mínima aceleración respecto a la tasa del 3,8 % registrada en diciembre y tocando su nivel más elevado desde abril de 2021.

Más allá de la inercia inflacionaria que padece Argentina, la evolución de los precios durante el primer mes de 2022 se vio impactada por aumentos puntuales en los servicios de salud, de telefonía e internet y los relacionados al turismo, y por una aceleración en los precios de los alimentos.

EN ALZA

Observando la dinámica actual de los precios, los economistas privados que mensualmente consulta el Banco Central para su informe de expectativas proyectan que la inflación será este año del 55 %, superior al 50,9 % anotado en 2021, y solo comenzaría a desacelerar por debajo del 4 % mensual a partir de mayo.

«No somos optimistas en cuanto a la dinámica del primer trimestre del año ni tampoco en la del año completo», dijo en un informe la consultora LCG, que proyecta una inflación anual del 60 %.

Varios expertos avizoran que, a pesar del compromiso asumido por el Gobierno argentino ante el FMI de recortar este año la emisión monetaria para financiar el Tesoro -una variable que incide en la inflación-, los aumentos de tarifas de servicios que se avecinan para rebajar la carga de subsidios que paga el Estado y una eventual corrección en el tipo de cambio -ambas cosas, también en el marco de un entendimiento con el Fondo-, empujarán al alza los precios.

INFLACIÓN Y FMI

El principio de entendimiento anunciado a finales de enero último por Argentina y el FMI con vistas a refinanciar millonarias deudas tiene entre sus objetivos no solo consolidar el crecimiento económico que logró en 2021 el país suramericano tras la severa recesión de 2018-2020 sino también enfrentar lo que el Fondo señaló como una «alta y persistente» inflación.

Según ha expresado el ministro de Economía argentino, Martín Guzmán, se ha acordado con el FMI aplicar un enfoque múltiple al problema, incluyendo desde una reducción de la emisión monetaria hasta acuerdos de precios y salarios para «anclar» las expectativas de inflación.

También dijo que se promoverá el desarrollo de los sectores productivos con capacidad de generar divisas con el objetivo final de reducir la inestabilidad cambiaria que termina impactando en la inflación y que se buscará una estructura de tasas de interés reales positivas de modo de fortalecer la demanda de activos en peso argentinos, también con el objetivo de contribuir a la estabilidad de cambios.

Pero el principio de entendimiento con el FMI implica además un compromiso de reducción del déficit fiscal (del 3 % del PIB en 2021 al 2,5 % este año y al 0,9 % en 2024), lo que demandará, entre otras acciones, bajar la carga de subsidios a los servicios públicos mediante aumentos tarifarios que impactan en la inflación.

Según el Instituto de Trabajo y Economía (ITE), es «probable» que en los próximos dos años la inflación se mantenga «elevada» ya que «el tipo de cambio jugará un rol limitado como ancla nominal y los ajustes de tarifas serán recurrentes».

«La inercia es el componente que domina el devenir de los precios en el mes a mes, y la única manera de romperla es con una política monetaria y fiscal consistente a lo largo del tiempo», dijo en un informe el ITE.

Según el informe, la política monetaria y fiscal acordada en principio con el FMI será «gradualista», «lo cual no necesariamente es inconsistente, pero sí demorará más en llevar a la inflación a niveles más cercanos con los estándares internacionales».

Natalia Kidd

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