Río de Janeiro, 3 mar (EFE).- La economía brasileña creció entre un 4,5 % y un 5 % en 2021, pese a la estanflación del último trimestre, y revertirá la fuerte caída registrada en 2020 por la crisis causada por la covid-19, según las proyecciones divulgadas por los expertos en vísperas de la divulgación oficial del PIB.
Para los analistas del mercado, la economía del gigante suramericano avanzó un 4,5 % el año pasado, una proyección menos optimista que la del Gobierno que calcula que el crecimiento fue del 5 % en 2021, mientras que para el centro de estudios económicos Fundación Getulio Vargas (FGV) se ubicó en 4,7 %.
Ello indica que Brasil se recuperó de la fuerte caída del año pasado. El producto interno bruto (PIB) de la potencia suramericana se desplomó un 3,9 % en 2020, el peor retroceso en 24 años, luego de que la industria y el comercio se paralizaran durante varios meses por las restricciones impuestas para frenar la propagación del virus.
El resultado del PIB brasileño el año pasado será divulgado este viernes por el Gobierno y, aunque se espera el anuncio de un notorio crecimiento frente a 2020, la economía del país terminó 2021 prácticamente estancada.
Los analistas calculan que el PIB avanzó apenas un 0,1 % en el último trimestre de 2021 en comparación con el tercero y alrededor de un 0,25 % en relación a los últimos tres meses de 2020, lo que evidencia una desaceleración.
La economía brasileña se ha visto afectada en los últimos meses por la elevada inflación, que en 2021 fue la mayor en seis años (10,06 %), y por las altas tasas de intereses, en sus mayores niveles en cinco años y que encarecen el costo del dinero.
Con el desempleo aún disparado, la renta de las familias estancada y las incertidumbres generadas por las elecciones presidenciales de este año los analistas temen que la economía de Brasil sufrirá una desaceleración en 2022, para cuando sólo esperan un crecimiento del 0,30 %.
La situación puede empeorar por los efectos que recaerán en el país tras la invasión de Rusia a Ucrania, un impacto que se reflejará en los costos de los combustibles y por ende, en una mayor inflación.
Asimismo, la situación en el este de Europa puede resultar en aumentos adicionales de las tasas de interés, que se ubican actualmente en el 10,75 % anual – su mayor nivel en casi 5 años- y que ya están poniendo en peligro el crecimiento económico para este año al reducir el margen de mejora en los precios y el consumo.