Buenos Aires, 8 mar (EFE).- El ministro de Economía argentino, Martín Guzmán, partirá en la noche de este martes rumbo a Estados Unidos, donde tiene previsto participar de un evento del sector energético y mantener reuniones con representantes de compañías petroleras y del Gobierno estadounidense.
Según informaron fuentes oficiales, Guzmán participará en la ciudad estadounidense de Houston en la CERA Week 2022, un importante evento anual sobre el sector de la energía.
En ese marco, el ministro mantendrá encuentros con presidentes y directores ejecutivos de algunas de las petroleras multinacionales con fuertes inversiones en Argentinas, entre ellas Total, Chevron, Shell y Equinor.
«Este año este evento es de singular importancia debido a la situación de crisis energética global», observó el Ministerio de Economía argentino en un comunicado.
Además, Guzmán tiene previsto reunirse con el subsecretario del departamento de Energía de los Estados Unidos, Andrew Light, y también participará de un almuerzo con la secretaria de Energía de ese país, Jennifer Granholm.
Como parte de sus actividades en la CERA Week, el ministro de Economía argentino también disertará en el panel ministerial «Acceso a la energía, transformación energética: Estrategias latinoamericanas».
Según el comunicado, durante su estadía en Houston, el ministro «permanecerá en comunicación» con el presidente argentino, Alberto Fernández, y regresará a Argentina el próximo viernes por la mañana.
CON UN OJO EN EL FMI
El viaje de Guzmán a Estados Unidos se produce en un momento clave para el Gobierno de Fernández, que en estos días busca contrarreloj la aprobación por parte del Parlamento argentino del acuerdo alcanzado con el «staff» del Fondo Monetario Internacional (FMI) y negociado por el propio Guzmán para refinanciar deudas con el organismo por unos 45.000 millones de dólares.
Los temas relativos a la energía cobraron singular importancia dentro del acuerdo alcanzado con el Fondo, ya que el entendimiento incluye un compromiso por parte de Argentina de reducir los millonarios subsidios estatales al consumo de gas y electricidad, un recorte que se planea hacer fundamentalmente por la vía de aumentos tarifarios pero que se topa con la dificultad de crecientes valores de la energía a nivel global como derivación de la guerra en Ucrania y las sanciones impuestas a Rusia.
Argentina es productor de petróleo y gas, pero su actual producción es insuficiente para abastecer la demanda interna, por lo que importa gas natural de Bolivia (cuyos envíos son cada vez menores) y gas natural licuado (GNL) con costosos embarques desde diferentes partes el mundo, particularmente durante el invierno austral.
Por lo demás, la colosal formación de Vaca Muerta, la segunda mayor reserva mundial de gas no convencional y la cuarta de petróleo de este tipo, ha comenzado su incipiente desarrollo masivo a un interesante ritmo, pero Argentina aún no es capaz de abastecer por completo la demanda interna y de sus vecinos.
Por eso, Argentina se ve obligada a importar GNL, un energético cuyos precios se han disparado desde la invasión rusa a Ucrania, poniendo más presión al país austral de cara al acuerdo con el FMI.
Según el acuerdo con el Fondo anunciado el pasado jueves, Argentina aumentará en forma segmentada las tarifas y, por otra parte, desarrollará un plan de mediano plazo para incentivar inversiones en energía, incluyendo la construcción de gasoductos y la expansión de la capacidad de producción de GNL y de energía renovable.