Sao Paulo, 23 mar (EFE).- El presidente del Banco Central brasileño, Roberto Campos Neto, dijo este miércoles que la guerra en Ucrania puede generar también impactos «positivos» para Brasil, en especial en los sectores de minería y agropecuario.
Campos Neto señaló que el nuevo escenario internacional, con Rusia aislada económicamente por las sanciones y los recelos de Occidente hacia China, debe «rediseñar» las cadenas globales de valor, lo que puede abrir una «oportunidad» para el país.
«Brasil no entró en las cadenas globales de valor durante gran parte del periodo de especialización y ahora tenemos la oportunidad de estar mucho más presentes con esa redivisión», indicó el jefe del órgano emisor brasileño, en un evento organizado por el Tribunal de Cuentas y la Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo.
«Hay una oportunidad secular para Brasil, si está en el lugar correcto, con las políticas correctas, para ingresar a las cadenas globales de valor», completó.
En el campo negativo, remarcó, sin embargo, que la invasión rusa de Ucrania, que este jueves completará un mes, provocará mayores presiones inflacionarias y «un periodo relativamente largo» de crecimiento económico menor.
Pero cuando se analiza el sector de materias primas, pilar fundamental de la economía brasileña, la mayor de Latinoamérica, «puede ser potencialmente muy buena», de acuerdo con Campos Neto.
«La parte de minerales que está subiendo es un choque positivo para Brasil. Brasil es exportador de minerales. La parte de alimentos, si Brasil tiene fertilizantes, que es un problema global, es un choque positivo», repasó.
En ese sentido, manifestó que esa disparada de las materias primas, que está elevando la Bolsa de Sao Paulo a sus niveles más altos del año y depreciando con fuerza el dólar frente al real, también puede aliviar el cuadro fiscal del país por medio de una mayor recaudación por parte del Gobierno.
Esa premisa no se aplicaría a los combustibles, sector en el que Brasil es «importador de derivados», apuntó Campos Neto, en alusión a cómo la guerra ha disparado el precio de los carburantes, que ya venían en fase ascendente después de subir cerca de un 50 % en 2021.
Asimismo, afirmó que la crisis energética mundial, agravada por la guerra en Ucrania, puede suponer, a corto plazo, un «paso atrás» en el camino hacia energías más limpias.