Bogotá, 5 abr (EFE).- El peso colombiano, una de las monedas que más se devaluó frente al dólar en 2021, pasa por un periodo de revalorización alentado por la coyuntura política y económica internacional, tendencia que puede mantenerse en el corto plazo, según expertos.
El 5 de enero pasado, la divisa estadounidense alcanzó una cotización máxima de 4.084 pesos y se mantuvo varias jornadas cerca de ese nivel, pero los cambios en el escenario internacional produjeron un ajuste del mercado cambiario que ha beneficiado a la divisa colombiana.
En particular, la subida de los precios de las materias primas, principalmente las energéticas, y la guerra de Ucrania, acabaron favoreciendo la recuperación del peso.
De esta forma, el billete verde, en retroceso desde marzo, alcanzó el pasado 4 de abril su valor más bajo en los últimos seis meses al ser negociado a 3.706 pesos por dólar, y en lo que va de año la revalorización de la moneda colombiana es del 6,89 %.
IMPULSO DE LAS MATERIAS PRIMAS
«El gran detonante fue la subida de los precios de los ‘commodities’, que se inicia un poco antes inclusive del conflicto entre Rusia y Ucrania, por una recuperación rápida de la demanda después del sobresalto de la ómicron a nivel global», dijo a Efe el economista principal de BBVA Research Colombia, Alejandro Reyes.
Según el experto, con la guerra en Ucrania «los precios de los ‘commodities’ se aceleraron muchísimo más y eso permitió que esa apreciación, que ya se venía materializando, se acentuara, lo que puntualmente favoreció mucho al peso colombiano».
Entre las materias primas que más han subido en el mercado internacional están el petróleo y el carbón, que son de los principales productos de exportación de Colombia, «y con el incremento de los precios se van a tener más dólares en la economía», señaló el equipo económico Scotiabank Colpatria en su análisis semanal.
«Al haber más dólares en la economía lo que se seguirá observando durante abril será una apreciación del tipo de cambio, es decir que la tasa de cambio con respecto al dólar seguiría bajando y se mantendrá lejos de los 4.000 pesos que se tenían a principio del año, a causa del aumento de los precios de los ‘commodities'», agregó Scotiabank Colpatria.
ESTRÉS ELECTORAL
Reyes también considera que la tendencia actual se mantendrá pero en el corto plazo porque hay otros factores que inciden en el comportamiento del mercado, como el ciclo electoral en el que está inmersa Colombia, que el próximo 29 de mayo celebrará elecciones presidenciales, con una muy probable segunda vuelta el 19 de junio.
«Esperamos que se presente alguna depreciación del peso colombiano de aquí a las elecciones, de aquí a finales de mayo y comienzos de junio, y dependiendo de ese escenario y de las propuestas de los candidatos se puede generar algo de tensión», agregó el experto del BBVA Research.
Hasta ahora las encuestas dan como favorito en la intención de voto a Gustavo Petro, candidato de la coalición de izquierdas Pacto Histórico, pero los últimos sondeos muestran un repunte de Federico Gutiérrez, de la alianza de derechas Equipo por Colombia, lo que causa menos estrés a los mercados.
Según Reyes, pasados estos periodos de incertidumbre, es probable que el peso «se estabilice en la segunda mitad del año muy cerca a los 3.800 pesos por dólar».
ATRACCIÓN POR MERCADOS EMERGENTES
Otros factores que influyen en el comportamiento de la tasa de cambio son las sanciones a Rusia por la guerra en Ucrania, que hace que los capitales se fijen más en mercados emergentes, como Colombia y otros latinoamericanos.
«Hay todavía una amplia liquidez global que está buscando algún sitio para invertir y si al fin y al cabo Europa del Este tiene serias complicaciones hoy con el conflicto (…) Latinoamérica queda, en términos del rebalanceo de esos flujos, como un foco atractivo de valor», agregó Reyes.
Los expertos añaden que la entrada de flujos externos de capital tendrá también un efecto macroeconómico porque los ingresos de dólares «pueden disminuir el desbalance estructural entre lo que se vende y se compra en el exterior, el llamado déficit de cuenta corriente», según Scotiabank Colpatria.
«Colombia tiene todavía tiene un déficit en cuenta corriente que es alto, que puede corregirse un poco este año, pero por efectos meramente coyunturales», agregó el economista principal de BBVA Research Colombia.