Santo Domingo, 25 abr (EFE).- La región dominicana del Cibao, en el norte del país, celebró este lunes una huelga regional para exigir alzas salariales y la rebaja de los precios de los combustibles y de la canasta familiar.
La huelga tuvo un gran seguimiento en las 14 provincias de la región, en donde se ubica Santiago de los Caballeros, la segunda ciudad más poblada del país, donde la gran mayoría del comercio cerró sus puertas y tampoco funcionó el transporte público.
Osvaldo Brito, dirigente de Frente Amplio de Lucha Popular (Falpo) en el Cibao, afirmó en declaraciones a la prensa que en un recorrido por varios municipios de la región han comprobado que el transporte, el comercio, las escuelas y el sector productivo están paralizados «en su totalidad».
«Con esta convocatoria se le está mandado un mensaje claro al Gobierno para que escuche las demandas del movimiento social», dijo Brito, que advirtió que «esto es un inicio, esto no se queda aquí, aquí comienza un proceso, vendrán acciones de mayor contingencia en toda la región».
Las calles de las ciudades de la región se presentaban desiertas en esta jornada, habiéndose prendido barricadas en algunas poblaciones, como Bonao, provincia Monseñor Nouel, o en el sector de Cienfuegos de Santiago de los Caballeros, donde un joven estuvo haciendo disparos al aire mientras otros esparcían basura por la vía pública durante la madrugada.
Los actos vandálicos han llevado al despliegue de policías, fuertemente armados, aunque estas acciones de vandalismo están «promovidas y financiadas» por el Gobierno «para desvirtuar esta protesta», afirmó Brito en rueda de prensa.
Entre las demandas de las organizaciones está la rebaja del precio de los combustibles y del costo de la canasta familiar, así como el aumento generalizado del salario mínimo.
También demandan la eliminación del sistema de pensiones y de seguridad social privado y exigen la terminación de varias obras públicas en el Cibao, tales como escuelas, hospitales y caminos vecinales.
República Dominicana acumula una inflación interanual del 9,05 %, una de las más altas de América Latina, lo que el Gobierno atribuye a las alzas de las materias primas.
El Gobierno del presidente Luis Abinader está subsidiando el precio de los combustibles y ha aumentado las ayudas sociales para amortiguar el efecto de la inflación en los más pobres.