Sao Paulo, 9 jun (EFE).- Brasil recaudó este jueves 33.700 millones de reales (alrededor de unos 6.855 millones de dólares) a través de la venta de acciones la brasileña Eletrobras, en el marco del proceso de privatización de la mayor empresa eléctrica de Latinoamérica, según informaciones preliminares.
Fue fijado un precio de 42 reales (alrededor de 8,54 de dólares) por acción, en el marco de un proceso mediante el cual Eletrobras ofreció nuevos papeles, mientras que el Estado redujo su participación en el capital votante de casi el 70 % hasta poco más del 40 %.
La información fue entregada a los ofertantes por parte de los bancos que participaron de la operación, pero los detalles de la misma solo serán informados oficialmente por la compañía el viernes.
Los nuevos papeles comenzarán a ser negociados en la bolsa de Sao Paulo a partir del 13 de junio, cuando el Estado dejará de ser el controlador de la compañía y se consumará así la mayor privatización del país en más de dos décadas.
Los actuales papeles que cotizan en el marcado a vista del Ibovespa de la bolsa de Sao Paulo terminaron el día al alza, negociados a 42,5 reales (unos 8,64 dólares) los preferenciales (+2,09 %) y a 43,04 reales (unos 8,75 dólares) los ordinarios (+2,14 %).
La oferta, la mayor del año en el país y también una de las más elevadas en todo el mundo en 2022, fue abierta para inversores, tanto nacionales como extranjeros.
Asimismo, el Gobierno permitió la compra de acciones a través de recursos del llamado Fondo de Garantía del Tiempo de Servicio (FGTS), al que cada brasileño tiene acceso tan solo en caso de despido o de necesidad para compra de vivienda.
Según el diario financiero Valor Económico de Sao Paulo, cerca de 370.000 trabajadores usaron parte del FGTS para comprar acciones de Eletrobras, una cifra que supera los 248.000 que lo hicieron en 2000 durante la oferta de la estatal petrolera Petrobras, pero por debajo de los 582.000 en 2002 con la privatización de la minera Vale.
La privatización de Eletrobras se arrastraba desde hacía seis años y concluyó la semana pasada cuando el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU), órgano fiscalizador del Estado y vinculado al Congreso, dio el aval definitivo a la venta.
La privatización de Eletrobras será la primera de una estatal importante en la gestión del presidente Jair Bolsonaro, quien podría usar los recursos para financiar subsidios y otras medidas en esa línea en pleno año electoral, en momentos en los que busca su reelección frente al progresista Luiz Inácio Lula da Silva.
Pese a la venta del control, el proceso le garantiza al Estado una «acción dorada», que le reserva poder de veto en decisiones estratégicas de la compañía.
El modelo excluye de la venta a Eletronuclear, subsidiaria de Eletrobras que opera las tres plantas nucleares de Brasil, y a la gigantesca hidroeléctrica Itaipú, que el Estado brasileño comparte con el paraguayo y es gestionada por la estatal.
Eletrobras, responsable por un tercio de la generación en Brasil, posee cerca de la mitad de las líneas de transmisión del país, con una extensión sumada de más de 70.000 kilómetros de tendidos eléctricos y una capacidad instalada de generación de unos 50.000 megavatios (MW). EFE
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