A la cumbre G7 de este fin de semana acudieron el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson; el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau; el presidente francés, Emmanuel Macron; el canciller alemán, Olaf Scholz; el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden; el primer ministro italiano, Mario Draghi; el primer ministro de Japón, Fumio Kishida; además del presidente del European Council, Charles Michel, y el presidente de la Comisión Europea Ursula von de Leyen.
El propósito es ampliar las sanciones a Rusia. Una de las ya anunciadas sería la prohibición de las importaciones de oro de Rusia; al prohibir esto, el G7 saca la posibilidad de obtener decenas de miles de millones de dólares a Rusia. Johnson pidió a la cumbre que se considere el golpe directo a los oligarcas rusos, que serían el corazón de la industria armamentística del presidente Vladimir Putin, y así cortar sus fuentes de financiamiento.
Aún las sanciones no fueron confirmadas, porque también están invitados a la cumbre los representantes de India, Indonesia, Sudáfrica, Senegal y Argentina, para representar a las demás regiones y países.
Mientras esta cumbre ocurría en Alemania, Rusia atacó la capital de Ucrania, Kyiv, con una serie de misiles que fueron dirigidos a un bloque de departamentos residenciales; una persona falleció y cinco resultaron heridas, entre ellas una niña de 7 años.
El portavoz de la fuerza aérea ucraniana, Yurii Ihnat, dijo que los bombardeos fueron estratégicos para atacar a la capital. Este mismo edificio fue alcanzado por misiles a principios de mayo y también fue atacado en marzo.
Por eso, el asesor de seguridad nacional de los Estados Unidos dijo que el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, quiere enfocarse en las posibles posiciones ventajosas en el campo de batalla para los próximos meses y que él no está pensando en continuar esto en los próximos años, porque cree que es un conflicto agotador y no es de interés para el pueblo ucraniano.
Una sorpresa de esta cumbre es que la Asociación G7 para Infraestructura e Inversión Global ayudará a financiar proyectos en países en desarrollo por USD 600.000 millones, para contrarrestar a China. Este dinero se recaudará de fondos públicos y privados durante cinco años.
“No es solo una preocupación humanitaria, es una preocupación económica y de seguridad para todos nosotros”, comentó el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden. Este país movilizará al menos USD 200.000 millones en subvenciones, fondos federales e inversión privada para apoyar a los países de bajos y medianos ingresos que ayuden a abordar el cambio climático y mejorar la salud global, la equidad de género y la infraestructura digital.
Además, agregó que ciento de miles de millones de dólares adicionales podrían provenir de bancos multilaterales de desarrollo, instituciones financieras de desarrollo, fondos soberanos de riqueza y otros.
