Sao Paulo, 27 jun (EFE).- La petrolera estatal brasileña Petrobras anunció este lunes que reinició el proceso de venta de tres refinerías en los estados de Pernambuco (nordeste), Paraná y Rio Grande do Sul (sur), dentro de su plan de venta de activos.
La oferta incluye los activos logísticos integrados a las refinerías de Refinaria Abreu e Lima (Rnest), en Pernambuco; Presidente Getúlio Vargas (Repar), en Paraná; y Alberto Pasqualini (Refap), en Rio Grande do Sul, informó Petrobras en comunicado remitido al mercado.
La petrolera brasileña puso en marcha en 2019 un plan para vender ocho de sus trece refinerías, responsables por la mitad de la capacidad de refino del país, y hoy relanzó el proceso para desprenderse de tres de ellas después de un tiempo paralizado.
Esas ochos refinerías totalizan 1,1 millones de barriles de petróleo procesado por día, de acuerdo con la nota.
Petrobras finalizó, el pasado 30 de noviembre, la venta de la refinería Landulpho Alves (Rlam), mientras que Isaac Sabbá (Reman), «Lubrificantes y Derivados de Petróleo del Nordeste» (Lubnor) y la Unidad de Industrialización del Xisto (SIX) están a la espera de recibir el aval de los órganos reguladores para concluir el negocio.
Esta operación «está en línea con la estrategia de gestión del portafolio y la mejora de la asignación de capital de la compañía, con el objetivo de maximizar el valor y dar mayores retornos a la sociedad», apuntó Petrobras, de control estatal, pero con acciones negociadas en las bolsas de Sao Paulo, Nueva York y Madrid.
El anuncio de este lunes se produjo el mismo día en que el Consejo de Administración de Petrobras aprobó el nombramiento de Caio Mario Paes de Andrade como nuevo presidente de la compañía, a propuesta del Gobierno de Jair Bolsonaro.
Paes de Andrade es el cuarto nombre para presidir Petrobras propuesto por el Gobierno desde que el mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, asumió el poder, en enero de 2019.
El anterior máximo dirigente de la petrolera, José Mauro Coelho, duró en el cargo apenas 40 días, en medio a las sucesivas subidas del precio de los combustibles, muy criticadas por Bolsonaro.