Buenos Aires, 18 jul (EFE).- El presidente de Argentina, Alberto Fernández, lanzó este lunes un plan de infraestructura para el desarrollo del país en momentos que reconoció como «complejos» de la economía, en los que llamó a fomentar la solidaridad, la producción y el trabajo, y a huir de la especulación que adjudicó a algunos sectores.
«Tenemos que trabajar todos los días denodadamente sin bajar los brazos. La obra publica, mientras tanto, va a ser motor de la economía. Sé que estamos con momentos complejos, sé que tenemos que ajustar algunos números de las cuentas publicas pero eso no se va a hacer a costa de parar ni la obra publica ni la vivienda», dijo el mandatario en un acto en la Casa Rosada, sede de Gobierno en Buenos Aires.
Junto a su ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, Fernández anunció 7 de las 120 obras -de infraestructura vial, hídricas y de saneamiento, y de infraestructura rural, urbana y del cuidado- que el Gobierno considera estratégicas del plan de obras públicas «Argentina Grande», que ya tiene 5.000 proyectos en ejecución.
Ese más de un centenar de obras representa una inversión total de 837.000 millones de pesos (6.493 millones de dólares).
CRÍTICAS A LA OPOSICIÓN
En su discurso, ante gobernadores de diversas provincias, Fernández se mostró fuertemente crítico con la labor de su antecesor en la Presidencia, el liberal Mauricio Macri (2015-2019): «Cuando llegué al Gobierno encontré el 70 % de la obra paralizada y algunas cuantas obras muy importantes puestas en manos de aquello que se llamaba ‘Proyectos públicos privados’, que fueron una gran estafa».
Y se refirió a las críticas por la situación económica que vive el país, a poco más de dos semanas de que Martín Guzmán renunciara como ministro de Economía y fuera sustituido por Silvina Batakis, quien lanzó varias medidas para equilibrar las cuentas públicas, en línea con el acuerdo firmado en marzo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para refinanciar el crédito de más de 44.000 millones de dólares otorgado en 2018, durante el Ejecutivo de Macri.
«A nosotros todos los días nos quieren deprimir. Todos los días hacen lo imposible para hacernos sentir que estamos en el peor de los mundos. Algunos lo hacen diciendo, hablando, los mismos que nos causaron la depresión vienen ahora a contarnos lo deprimidos que estamos, y otros lo hacen actuando, especulando, poniéndonos en riesgo permanentemente, al límite», sentenció.
«En ese estado de desconcierto que muchos viven, algunos repiten una frase que dice: ‘al final en la política son todos iguales’. Y no somos todos lo mismo, porque algunos creemos en una sociedad justa y soberana, y otros creen en una sociedad claudicante que tiene amparo solo a la mitad de la Argentina y deja en la intemperie a la otra mitad», agregó, en clara referencia a la oposición.
En alusión a la situación cambiaria, en medio de la escasez de dólares que arrastra el Banco Central, el presidente criticó a los «especuladores» que «hacen subir el dólar» y siembran intranquilidad.
«Queremos sembrar solidaridad, producción, trabajo. Queremos una Argentina desarrollada inserta en el mundo, con la dignidad de ser un país soberano. Y por eso estamos haciendo esto, la patria grande, porque todos merecen una mejor vida», aseveró.