Quito, 23 jul (EFE).- El Gobierno de Ecuador destacó este martes los avances en los indicadores de empleo, según una última encuesta del estatal Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), aunque los sindicatos dudan y temen un estallido social ante la crisis económica y la precariedad laboral en el país.
La última Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (Enemdu) del INEC mostró avances en los indicadores laborales, lo que el Gobierno vio como un reflejo de los «resultados positivos» que ha arrojado «la estrategia gubernamental para la generación de empleo».
El Ejecutivo remarcó que en el último año salieron del desempleo unas 94.000 personas, pese a las prolongadas paralizaciones de sindicatos e indígenas en junio pasado contra la carestía de la vida y la conducción económica de la Administración del presidente conservador Guillermo Lasso.
Según la estadística, entre julio de 2021 y el mismo mes de este año, la tasa de desempleo pasó de 5,2 % a 3,9 %, mientras que el subempleo (empleo precario) tuvo una variación estadística significativa al bajar de 24,6 % a 22 %.
Asimismo, en cuanto al indicador por género, la estadística notó una recuperación del empleo en mujeres, al pasar del 92,9 % al 95,7 %.
El Gobierno de Lasso «promueve acciones para continuar impulsando la reactivación económica y productiva, así como la atracción de inversiones para generar más fuentes de empleo a favor del bienestar de los ecuatorianos», añadió la Secretaría de Comunicación de la Presidencia en un comunicado.
Por su parte, el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), la mayor central obrera del país, pidió al Gobierno que «demuestre cómo» han mejorado los indicadores de empleo con una crisis galopante y un ejército de personas pululando en busca de puestos de trabajo.
Durante la pandemia se despidió a un millón de personas con leyes que permitieron una «flexibilización laboral» que ya fueron derogadas en el Legislativo, aunque aún se mantienen normas que permiten despidos en el sector público, aseguró Mesías Tatamuez, alto dirigente del FUT.
Además, señaló que en el último año se han generado fuentes de empleo precarias, sin contratos fijos de trabajo y en condiciones muy difíciles, que podrían incidir en las cifras pero no en el bienestar de los ecuatorianos.
La crisis económica, la falta de fuentes de trabajo, el aumento de la pobreza, la aplicación de medidas de ajuste ligadas a los acuerdos crediticios con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y una reducida capacidad para cobrar impuestos a quienes los evaden, son factores que, entre otros, podrían desencadenar un «estallido social», opinó Tatamuez.
Además, aseguró que los sindicatos rechazan las políticas de privatizaciones impulsadas por el Ejecutivo ante el temor de que lleguen a las industrias estatales como las del petróleo, eléctricas, telefonía e incluso la seguridad social.
«Nosotros no estamos de acuerdo con las privatizaciones», enfatizó el dirigente tras estimar que «el modelo fondomonetarista y el neoliberalismo fracasaron ya hace años» en el país, pero que los grupos poderosos quieren «mantener a la fuerza».
Tatamuez no descartó la posibilidad de eventuales nuevas protestas, pero dijo que los sindicatos también apoyan la elaboración de un plan nacional que incluya el cobro de impuestos a los evasores, la generación de empleo digno y el desarrollo de actividades productivas en el sector agrícola, de la construcción y turismo.
Dicho plan, añadió, debe buscar poner fin a la crisis económica y mejorar los indicadores sociales que actualmente afectan a los ecuatorianos como el desempleo, la pobreza y la inseguridad ciudadana.