Bogotá, 21 nov (EFE).- La primera parte de la subasta de esmeraldas colombianas de la compañía Fura Gems cerró en Bogotá y tendrá una segunda presentación en Bangkok para llevar el verde colombiano de una de las piedras preciosas más valoradas al mundo.
En un exclusivo hotel de la capital bogotana compradores internacionales pudieron ver de primera mano, y examinar las piedras preciosas extraídas en la mina del municipio de San Pablo de Borbur, un verde esmeralda que ha colocado a Colombia en las más alta valoración de los mercados internacionales.
De hecho, entre el 75 % y el 90 % de las esmeraldas que se encuentran en el mercado mundial provienen de Colombia, y Fura planea ser la «compañía más grande de Colombia en dos o tres años», algo para lo que cuentan con el apoyo de la Administración colombiana, aseguran.
La empresa, que tiene su mina en el occidente de Boyacá, «tierra de leyendas, mariposas azules y esmeraldas, subastará más de 200.000 quilates de esmeraldas colombianas en bruto a más de 65 clientes del mercado internacional de Colombia, Estados Unidos, India, Israel y Tailandia», que participarán en la subasta en los dos centros de Bogotá y Bangkok.
FURA EN COLOMBIA
Fura Gems llegó en 2018 a Colombia «con un modelo minero innovador que está revolucionando la industria y respondiendo a los principales retos del mundo actual en materia de sostenibilidad, transparencia y equidad de género», informa la compañía.
Según sus cifras, han invertido más de 120.000 millones de pesos (unos 24 millones de dólares) en flujos locales a través del pago de salarios y la compra de bienes y servicios a proveedores de la región, que generan más de 450 empleos directos y más de 800 indirectos.
A eso se suman más de 8.700 millones de pesos (unos 1,7 millones de dólares) invertidos en desarrollo social.
También destinaron más de 8.000 millones de pesos (unos 1,6 millones de dólares) en infraestructura vial y se han pagado más de 40.000 millones de pesos (ocho millones de dólares) en impuestos en Colombia.
Además, la empresa está comprometida con el desarrollo de la comunidad que acoge la mina, por lo que ha fundado la Academia Fura para impulsar la educación de los niños, jóvenes y adultos de los boyacenses, así como financiar y apoyar proyectos productivos.