Cochabamba (Bolivia), 10 ago (EFE).- Lecheros del departamento boliviano de Cochabamba arrojaron este lunes en el edificio de la Gobernación regional y en una sede sindical la leche que no han podido distribuir, por los bloqueos de carreteras que desde hace ocho días se cumplen contra el aplazamiento de las elecciones generales.
Un grupo de lecheros derramó en las puertas de la Gobernación cochabambina varios litros de leche en protesta contra los bloqueos, que les están ocasionando graves pérdidas económicas.
«Ya que todos los días echamos, que vean los medios de comunicación cómo desechamos este producto tan querido. Este es el producto que se desecha, que nos cuesta a nosotros los productores traer todos los días». dijo a los medios un representante de los lecheros de Cochabamba, Juan Carlos Alegre.
Los productores lanzaron duras consignas contra la gobernadora de Cochabamba, Esther Soria, a quien tildaron de «irresponsable» por no actuar para frenar los conflictos, y contra el máximo dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB), el minero Juan Carlos Huarachi, por promover las protestas.
«Están viendo kilómetros de camiones parados con elementos de bioseguridad, oxígeno, productos de primera necesidad, entre otras cosas. Es increíble», lamentó.
Los productores se trasladaron luego a la sede de la Central Obrera Departamental (COD) para derramar leche también en el lugar.
El sector dio 72 horas de plazo a Huarachi para la resolución del conflicto y advirtió con llevar su ganado y más leche hasta la Gobernación en protesta.
Los lecheros cochabambinos producen a diario unos 340.000 litros, que distribuyen en esa región y también envían a La Paz y Oruro, pero no han podido vender su producción por los bloqueos.
La gobernadora Soria pertenece al Movimiento al Socialismo (MAS), el partido del expresidente Evo Morales, al que las autoridades nacionales responsabilizan por las protestas.
Bolivia vive el octavo día consecutivo de bloqueos de carreteras por protestas que exigen que las elecciones no se pospongan para el 18 de octubre, sino que se lleven a cabo el próximo 6 de septiembre como antes había estipulado el órgano electoral.
El aplazamiento se debe a que se prevé que el país alcance entre fines de agosto y principios de septiembre sus picos más altos de contagio de la COVID-19, que hasta el momento ha dejado 3.640 fallecidos y 89.999 contagios acumulados desde marzo pasado, cuando se detectaron los primeros casos.
Las protestas han generado que cisternas con oxígeno queden varadas en carreteras y que hospitales se declaren en emergencia ante la falta de este elemento, además de que se registró desabastecimiento de alimentos en varias regiones.