Desde el lunes 28 de octubre, hasta el viernes 01 de noviembre, Asunción se sitúa como centro neurálgico del debate energético de América Latina y el Caribe, recibiendo a la IX Semana de la Energía, el evento más importante del sector en la región.
La iniciativa cuenta con el respaldo estratégico del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial y el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), consolidando un frente común para el desarrollo energético sostenible, y reúne a representantes de los 27 países miembros de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade).
La agenda del evento incluye más de 30 actividades especializadas con los principales actores del ecosistema energético regional que explorarán las últimas tendencias en energías renovables, el potencial de la IA en la gestión energética y los avances en sistemas de almacenamiento, temas cruciales para la transición hacia una matriz energética más limpia y eficiente.
Durante la sesión inaugural, Andrés Rebolledo, secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade), aseguró que América Latina y el Caribe se encuentra atravesando un momento crucial.
En ese sentido, detalló que los países de la región enfrentan los efectos cada vez más evidentes del cambio climático, con la presencia de fenómenos climatológicos atípicos que van desde sequías extremas, hasta graves inundaciones que afectan la infraestructura energética y ponen en grave riesgo el abastecimiento de la demanda.
Esta situación ha llevado a varios países a enfrentar severas condiciones de racionamiento eléctrico pese al impacto que esto conlleva para las economías de las naciones y la población.
“América Latina y el Caribe es una región líder en materia de incorporación de energías limpias, pero así también, particularmente en 2024 se vivieron momentos muy complejos que conviven con este liderazgo en materia de energía renovable y seguridad energética”, explicó Andrés Rebolledo.
Durante la apertura del evento, el presidente de la República, Santiago Peña, destacó que Paraguay tiene la capacidad y potencial para convertirse en un centro regional de producción y distribución de energía limpia.
“La industrialización basada en el uso sostenible de nuestros recursos y la transformación del sector del transporte mediante la electrificación y el uso de biocombustibles forman parte central de la agenda del gobierno”, añadió el mandatario.
Durante su presentación, el presidente Santiago Peña aprovechó para revelar la reciente aprobación de la Política Energética Nacional con horizonte al año 2050.
DIVERSIFICACIÓN ENERGÉTICA EN PARAGUAY
Cabe destacar que Paraguay se posiciona como país referente en la producción de energía limpia y renovable, además de ser el segundo país con generación y exportación de energía eléctrica 100% renovable gracias a las centrales hidroeléctricas de Itaipú, Yacyretá y Acaray. Nuestro país además implementa políticas energéticas a largo plazo, apoyadas en cooperaciones internacionales.
Durante la apertura de la XI Semana de la Energía, la ministra de Obras Públicas y Comunicaciones, Claudia Centurión resaltó que el país busca diversificar su matriz energética para avanzar hacia la electrificación sostenible como forma de contribuir a la descarbonización, y maximizar la eficiencia en el uso de biomasa, con el gas natural como recurso de transición.
Al mismo tiempo, anunció importantes proyectos que se encuentran en desarrollo en Paraguay, que incluyen la ampliación de los porcentajes de mezcla de biocombustibles, la posibilidad de empezar a trabajar en un gasoducto desde la localidad de Vaca Muerta en Argentina, y el diseño de una estrategia nacional para el hidrógeno verde.
Por su parte, el ministro de Industria, Javier Giménez, señaló que pese a la capacidad de generación de energía de Paraguay, todavía enfrenta desafíos, debido a que un 37% de su matriz energética proviene de la biomasa, y otro 37% de combustibles fósiles, lo que indica una dependencia que debe ser abordada.
También aseguró que la transición energética debe de ser justa, resguardando el desarrollo industrial, las inversiones y la creación de empleo. “No existe una transición energética injusta, no lo vamos a hacer. Porque representamos el 0,01% de las emisiones globales de CO2. Entonces Paraguay no es el problema. Paraguay es la solución”, indicó.
Además, el ministro consideró al gas como una oportunidad de transición más limpia, que los combustibles fósiles, hacia energías renovables, facilitando el desarrollo energético regional. En este sentido, hizo alusión al proyecto mencionado por la ministra del MOPC, para integrar el gas de Argentina con Paraguay, lo que podría facilitar la transición.
INCREMENTO DE LA GENERACIÓN DE ENERGÍA RENOVABLE
Durante la sesión inicial, el economista chileno Andrés Rebolledo, actual secretario de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade), expuso acerca del panorama energético de América Latina y el Caribe, que muestra un escenario de desarrollo moderado en la oferta energética, una demanda creciente y progresos notables en la transición hacia fuentes renovables.
De acuerdo con el informe, la oferta total de energía en la región se expandió un 2,2%, mientras que el consumo final energético aumentó 3,8%, impulsado por un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) promedio del 3% en América Latina y el Caribe.
Específicamente, el documento destaca que la generación renovable alcanzará un 68,6% de participación este año, con un incremento de casi 5 puntos porcentuales respecto al año anterior, consolidando la tendencia hacia una matriz energética más sostenible.
Cabe destacar que en 2023, América Latina y el Caribe estuvo bien posicionada para prosperar a medida que el mundo se adentra en una era de energías limpias. Los combustibles fósiles representan alrededor de dos tercios de la matriz energética de la región, una cifra considerablemente inferior al promedio mundial del 80%, gracias a la participación del 60% de energías renovables en la generación de electricidad, según la International Energy Agency (IEA).
La energía hidroeléctrica por sí sola representa el 45% del suministro eléctrico de la región. En Costa Rica y Paraguay, casi todo el suministro eléctrico proviene de fuentes renovables. El reporte de la IEA, muestra que América Latina y el Caribe representa el 5% de todas las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI) relacionadas con la energía, mientras que representa el 9% del PIB mundial.
América Latina y el Caribe representa hoy el 8% de la población mundial y el 7% de la economía global, pero puede desempeñar un papel fundamental en la nueva economía energética. Con grandes recursos de petróleo y gas, la región puede ayudar a diversificar el suministro de petróleo y gas en el corto plazo.
También está avanzando en el desarrollo y exportación de biocombustibles avanzados e hidrógeno de bajas emisiones, y está intensificando la producción de minerales críticos esenciales para las tecnologías de energía limpia.
“La región tiene todos los ingredientes para realizar transiciones seguras, asequibles y rápidas. Además, el éxito en América Latina y en el Caribe puede aportar muchos beneficios al mundo”, explica dicho reporte.
Los amplios recursos renovables brindan una oportunidad para hacer que el sector eléctrico de la región, que ya es uno de los más limpios del mundo, sea aún más limpio. Con las políticas actuales, eleva su cuota de suministro de electricidad de poco más del 60%, a dos tercios en 2030 y al 80% en 2050.
La cuota de energía solar fotovoltaica y la eólica en la generación de electricidad, se duplicará de aquí a 2030, desde un 11% actualmente, hasta un 40% en 2050. El gas natural por su parte, seguirá generando alrededor de una cuarta parte de la electricidad hasta 2030, mientras que el carbón y el petróleo disminuirán rápidamente.
DESAFÍOS PARA LA REGIÓN
Según explicó el secretario de la Olade, los países de la región deben buscar alternativas y propiciar el trabajo conjunto de ALC en la búsqueda de sistemas energéticos más robustos, flexibles y resilientes que permitan hacer uso de los enormes recursos energéticos con los que cuenta la región.
Para esto es necesario generar las condiciones adecuadas para profundizar y acelerar los procesos de transición energética de los diferentes países con una mayor penetración de energías renovables.
Además es necesario abrir espacios para la innovación, la digitalización, las nuevas tecnologías y los nuevos vectores energéticos, sin descuidar un aspecto importante como la eficiencia en el aprovechamiento de los recursos, y la gestión de la demanda a todos los niveles.
En el camino de transición energética que recorren los países de la región, diversificar la producción es tan importante como el hecho de fortalecer a los demás actores de la cadena de valor, como son la transmisión y la distribución, que requieren grandes inversiones y entornos favorables para su desarrollo.
“En el mercado eléctrico, la generación de electrones verdes es muy importante pero debe ir acompañado de una visión sistémica y una buena planificación en los sectores que transportan esos electrones”, explicó Andrés Rebolledo, secretario ejecutivo de la Olade.
Según explicó el secretario de la organización, la transición energética y la descarbonización de las energías, implican inversiones en cantidades nunca antes vistas que deben concretarse en tiempo récord.
Estas inversiones requieren de marcos constitucionales, normativos y regulatorios que otorguen señales de estabilidad y seguridad; y que al mismo tiempo muestren la flexibilidad que exige el tan cambiante entorno económico, tecnológico y político.
Por otra parte, Rebolledo aseguró que los países de la región tienen la obligación de enfocar sus esfuerzos para que la energía contribuya a cerrar las brechas de pobreza, trabajando para mejorar los niveles de acceso a la energía, sistemas de cocción saludables, precios asequibles y creando las condiciones de equidad que merecen los pueblos de ALC.
“La realidad energética que experimenta el mundo y la región de América Latina y el Caribe en particular, reafirma la urgencia de fortalecer la acción colectiva en la que organismos internacionales e intergubernamentales como la Olade, tienen un rol muy importante que jugar”, aseguró.
Concluyó explicando que en este sentido, la organización trabaja en varios frentes, cubriendo todo el espectro del sector energético, pero principalmente, apostando a la integración energética que permitirá -en un esfuerzo mancomunado-, enfrentar de manera conjunta los desafíos actuales.
