Brasilia, 8 nov (EFE).- La Procuraduría General de Brasil abrió una investigación para establecer cómo actúan las redes sociales frente a la desinformación por «fake news», fenómeno que ha impactado el sistema democrático del país y la salud de la población con mentiras sobre la covid, informó este lunes la entidad.
Las empresas responsables de las redes sociales Whatsapp, Telegram, Facebook, Instagram, Twitter, TikTok y YouTube tendrán un plazo de diez días para informar sobre las medidas que están aplicando para detectar y combatir acciones como la producción de contenido falso, su difusión con mensajes masivos y el uso de robots y de perfiles ficticios para su diseminación.
De acuerdo con el ente acusador, las plataformas también tendrán que proporcionar versiones actualizadas de sus condiciones de uso, de las políticas de moderación de contenidos e informes de transparencia, así como especificar qué canales han puesto a disposición para las denuncias e indicar en detalle qué conductas violan sus normas.
La financiación de la difusión de contenidos falsos será uno de los principales puntos de la investigación.
«Estas prácticas de desinformación organizada deben entenderse como formas de propaganda y, como tales, deben estar sujetas a control y regulación», advirtió el ente acusador en un comunicado.
De acuerdo con la entidad, la difusión de noticias falsas y la desinformación que se consigue con ellas «ponen en riesgo la salud de la población y el funcionamiento de las instituciones democráticas».
En este sentido, señaló que los efectos de las «fake news» se han sentido «especialmente» durante la pandemia de la covid-19, con la proliferación de informaciones que inducen a minimizar los riesgos de la enfermedad, a utilizar fármacos sin la eficacia comprobada y a desconocer la importancia de la vacunación.
Asimismo han impactado al estado de derecho en Brasil, «cuestionando» la confianza sobre las urnas electrónicas para las elecciones presidenciales del próximo año y efectuando ataques digitales «coordinados» contra profesionales de la prensa, «que pueden representar una forma reflexiva de censura».
La difusión de noticias falsas por parte de grupos «digitales antidemocráticos» viene siendo investigada desde 2019 por la Corte Suprema de Justicia y entre los implicados está el propio presidente brasileño, Jair Bolsonaro, por la campaña de descrédito que desató a través de las redes contra las urnas electrónicas usadas en los comicios que se celebran en Brasil desde hace más de dos décadas.
Una comisión del Senado que investigó la gestión del Gobierno frente a la covid también pidió que el mandatario brasileño fuera suspendido de las redes acusado de difundir noticias falsas sobre la pandemia.
El líder ultraderechista, un negacionista de la gravedad de la pandemia, que desaprueba el uso de la mascarilla y quien ha reiterado en varias oportunidades que no se va a vacunar contra el virus, ha llegado a insinuar que quienes se inmunizan contra la covid-19 corren riesgo de contraer sida.