Lima, 27 feb (EFE).- Varias regiones de Perú pueden afrontar una recesión económica por la crisis social y política que afronta el país, que ya en el tercer trimestre de 2022 registró cifras negativas y de bajo crecimiento en Tacna, Huancavelica, Ayacucho, Puno, Apurímac, Ica, Piura y Amazonas, alertó la Red de Estudios para Desarrollo (Redes).
«La recuperación del buen desempeño económico de estas regiones podría ser aún más complicada, teniendo en cuenta que en el cuarto trimestre del 2022 la economía nacional registró un menor crecimiento frente a los tres anteriores», señaló el experto César García en un comunicado difundido este lunes por Redes.
El organismo señaló que los bloqueos de carreteras y la paralización de algunas actividades económicas ha impactado en el crecimiento de la economía nacional en el último trimestre del año y a inicios de este año.
Recordó que, según cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la economía peruana creció un 1,7 % en el cuarto trimestre de 2022, un valor «muy menor» al registrado en los tres primeros trimestres.
Esta situación, alertó, puede complicar el desempeño económico de regiones que ya presentaban niveles de crecimiento negativos en el tercer trimestre de 2022, como Puno (-0,6 %), Apurímac (-0,4 %), Cusco (0,6 %) y Madre de Dios (1 %), que podrían entrar en recesión.
García señaló que es «importante conocer la diferencia entre recesión y crisis», ya que esta última «desata consecuencias en la productividad, el poder adquisitivo, así como la estabilidad en las inversiones y los mercados financieros», mientras que, en una recesión, este «escenario económico es transitorio».
También dijo que las diferentes proyecciones de crecimiento que se plantean para Perú, que van del 3 % al 2,3 %, de acuerdo a organismos públicos y privados nacionales e internacionales, «lo que tienen en común es que son insuficientes para reducir los niveles de pobreza que enfrenta el país».
Perú afronta desde inicios de diciembre pasado una aguda crisis política y social, con manifestaciones antigubernamentales en diferentes regiones, principalmente del sur del país, que han dejado 70 personas fallecidas, según diversas fuentes.
La crisis comenzó después de que el entonces presidente Pedro Castillo anunció el pasado 7 de diciembre su intención de cerrar del Congreso, gobernar por decreto e intervenir en la Judicatura, lo que llevó al Legislativo a destituirlo y nombrar en la jefatura del Estado a la entonces vicepresidenta Dina Boluarte.
Desde entonces se desataron protestas que exigen, principalmente, la renuncia de Boluarte, el cierre del Congreso, la convocatoria a elecciones generales y una asamblea constituyente.
El jueves pasado, el INEI informó que el producto interior bruto (PIB) de Perú creció un 2,7 % en 2022, con un último trimestre del año en el que descendió el ritmo de crecimiento al 1,7 %.
El INEI subrayó que la «desaceleración económica» del último trimestre de 2022 se dio en un contexto internacional de «menor ritmo de crecimiento de la economía mundial» y que a lo largo de diciembre la producción nacional sufrió una «desaceleración» lastrada por la crisis social y política en el país.