Montevideo, 16 dic (EFE).- La necesidad de un bloque fuerte en un mercado internacional complejo debido a la pandemia de la covid-19 se plantea como gran objetivo del Mercado Común del Sur (Mercosur) para su trigésimo aniversario, que se cumplirá en marzo de 2021, durante la presidencia «pro tempore» de Argentina.
Al término de la Cumbre de presidentes de Estados miembros y asociados, celebrada este miércoles de manera virtual, Uruguay entregó el testigo al país vecino sin haber cumplido el mayor de sus deseos: la ratificación del acuerdo entre el bloque y la Unión Europea (UE), firmado en 2019.
«MÁXIMA VOLUNTAD» PARA CERRAR EL ACUERDO CON LA UE
Ese fue el punto final de una cumbre que se cerró con una reafirmación de «máxima voluntad» de los miembros (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y de Bolivia, estado asociado que trabaja por una próxima adhesión, de cerrar el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea (UE) y de «sortear los desafíos que han impedido» la finalización de este proceso de más de 20 años.
El documento fue firmado por los presidentes Alberto Fernández (Argentina), Luis Arce (Bolivia), Jair Bolsonaro (Brasil), Mario Abdo Benítez (Paraguay) y Luis Lacalle Pou (Uruguay).
«Reafirmaron su máxima voluntad para proceder a la firma del Acuerdo de Asociación entre MERCOSUR (sic) y la Unión Europea, instando a sortear los desafíos que han impedido la finalización de un proceso de más de 20 años de esfuerzo conjunto por un acuerdo amplio, equilibrado y ambicioso», sostiene el escrito.
Sobre otros acuerdos, el comunicado enfatiza la importancia de los avances en la revisión legal del acuerdo Mercosur-EFTA (Asociación Europea de Libre Comercio) y deseando «la pronta conclusión» de los trabajos técnicos pendientes.
Además, los países del bloque afirmaron su compromiso por impulsar políticas en pos de la reactivación económica, preservar puestos de trabajo a raíz de la crisis generada por la covid-19 y consolidar el estatuto de ciudadanía del Mercosur, que esperan finalizar en 2021.
«PUENTES» PARA ACABAR CON LAS «DISCORDANCIAS»
Durante las intervenciones, el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, pidió que el Mercosur sea un constructor «de puentes de unión y no de murallas», en el que la integración se lleve a cabo con una visión que esté «más allá de cualquier ideología».
«La integración es un proceso irreversible en este tiempo de globalización que vive el mundo, sin perder nuestra identidad y las características, las fortalezas y el talento de nuestra región y nuestros pueblos», sostuvo.
Para ratificar esa necesidad, su homólogo brasileño, Jair Bolsonaro, expresó su preocupación por «discordancias puntuales» en el seno del bloque y pidió «trabajar juntos» para poder competir en un contexto internacional.
«En ámbito comercial, no puedo dejar de manifestar mi preocupación respecto a las discordancias puntuales entre los Estados miembros. Debemos dejar de lado estas diferencias que pertenecen a un pasado ya superado», dijo Bolsonaro.
El mandatario brasileño pidió «trabajar juntos» para que los países miembros no sean «sobrepasados por otros mecanismos que tienen objetivos semejantes» a los del bloque y para no quedar «en el pelotón de atrás en materia de desarrollo».
Bolsonaro no se refirió a las discrepancias que algunos países de la UE han expresado en los últimos meses sobre el acuerdo con el Mercosur por la política medioambiental de Brasil.
Por su parte, Lacalle Pou recordó el peligro del «proteccionismo» económico en tiempos en que los Gobiernos deben cuidar a sus poblaciones por la pandemia de la covid-19 y resaltó «la vocación regional, la vocación de pertenencia, la vocación de participación de un bloque como Mercosur».
«Es una posibilidad de agrandarnos, es una posibilidad de tener más peso en el contexto mundial y afirmamos esa vocación en estos tiempos», indicó.
Su homólogo argentino, Alberto Fernández, dijo que el Mercosur debe mejorar su comercio internacional, aunque ello no debe basarse en una «apertura frívola y principista», como tampoco debe cerrarse al mundo «de manera anacrónica».
Y destacó que, durante su presidencia «pro tempore», se revisará «el valor de cada acuerdo comercial» que el bloque está negociando y se avanzará solo en aquellos en los que realmente se pueda lograr una apertura.
«Es hora de continuar con una estrategia integradora sin perder la vista de cuidar a los sectores más postergados, alcanzar un equilibrio de derechos y obligaciones, conseguir apertura de mercados relevantes sin asumir cargas imposibles de cumplir, esto nos exige inteligencia comercial», expresó Fernández.
¿BOLIVIA, QUINTO MIEMBRO?
Bolivia participó en calidad de asociado. Su presidente, Luis Arce, resaltó que una próxima adhesión de su país al bloque favorecerá «la necesaria articulación entre el océano Pacífico con el Atlántico».
Además de la declaración expresa de Fernández durante su alocución en favor de Bolivia y su «regreso a la democracia», el comunicado final de los estados miembros incluyó la «voluntad en avanzar con el proceso de adhesión» de ese país al bloque.
Junto a Bolivia, intervinieron altos cargos de los otros estados asociados (Chile, Perú, Ecuador, Surinam, Colombia y Guyana), de los que solo el primero estuvo representado por su presidente, Sebastián Piñera.
EL RELEVO VIRTUAL
Que la covid-19 ha cambiado la vida de todo el mundo es un hecho, pero no lo es menos que en todos los ámbitos -social, económico o político- se pretende la máxima normalidad. Por eso, los mandatarios de Uruguay y Argentina escenificaron el tradicional relevo adaptado a los tiempos de pandemia y videoconferencias.
Desde su despacho, Lacalle Pou extendió el mazo -símbolo del mando temporal en el bloque- hacia su derecha para que «viajara» desde su pantalla a las manos de Fernández, quien lo tomó por su izquierda.
En ese divertido momento, que sacó la sonrisa del mandatario argentino, el uruguayo bromeó con su par y le sugirió que podía pasarle también «un pedazo de asado», recordando la cita que ambos mantuvieron en Anchorena (suroeste de Uruguay) el 19 de noviembre, en la que compartieron ese tradicional almuerzo rioplatense.
Concepción M. Moreno