Buenos Aires, 18 mar (EFE).- El Gobierno argentino confía en que el directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) dé el aval definitivo al acuerdo alcanzado con el organismo para refinanciar el millonario crédito concedido al país en 2018, que este jueves quedó ya sancionado en el Congreso.
«Ahora, el siguiente paso es la aprobación del directorio del FMI. Esperamos el apoyo multilateral. Traerá más estabilidad para Argentina, América Latina y el mundo», señaló el ministro de Economía, Martín Guzmán, en su cuenta oficial de Twitter.
El Senado aprobó anoche el acuerdo negociado entre el Gobierno de Alberto Fernández y el FMI para refinanciar deudas por unos 45.000 millones de dólares, que ya había recibido el visto bueno de los diputados y que entrará en vigor cuando tenga el aval del ‘staff’ del organismo.
La Cámara Alta aprobó el proyecto con 56 votos a favor, 13 en contra y tres abstenciones. Parte del oficialismo votó a favor y parte en contra, dejando en evidencia las diferencias en el seno de la coalición gobernante, donde el kirchnerismo, sector que lidera la vicepresidenta del país, Cristina Fernández, es el más crítico con el FMI.
«MOMENTO BISAGRA»
En un acto este viernes, el presidente consideró que el país está en «un momento bisagra» y llamó a que «cada uno ceda lo que tiene que ceder para poder lograr los resultados que hacen falta», tras dos años de Gobierno en los que aseguró que él y su equipo «han dejado todo» de ellos mismos para ir sorteando «problemas muy graves» que Argentina tenía y otros que aparecieron, como la pandemia.
«Vamos resolviendo los problemas y así es como resolvimos primero la deuda con los acreedores privados y ayer empezamos a resolver la deuda con el FMI, deuda que nosotros no tomamos, que heredamos, que seguramente de haber estado gobernando no hubiéramos tomado nunca», expresó Fernández en referencia al crédito firmado durante el Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019), que en un principio se elevaba a unos 56.000 millones de dólares pero de los que finalmente se desembolsaron poco más de 44.000.
«De hecho, no quise tomar la parte de la deuda que nos quedaba por tomar del FMI cuando yo ya era presidente, pero son problemas de los argentinos que tenemos que ir resolviendo», asumió.
Sumergido desde 2018 en una grave crisis, al llegar Alberto Fernández a la Presidencia en 2019 el país no estaba en condiciones de devolver el préstamo en los términos acordados por el Ejecutivo anterior.
«TRANQUILIDAD Y CERTEZA»
En Twitter, Guzmán aplaudió que el Congreso sancionara el acuerdo con el FMI, que permitirá «refinanciar la deuda récord de 2018 evitando desestabilizar la economía».
«Nunca un acuerdo con el FMI tuvo apoyo social y político federal de tal magnitud. Por primera vez en la historia pasó por el Congreso y logró un nivel de adhesión del 80%. También acompañaron sindicatos, el sector privado, universidades, movimientos sociales y la sociedad civil», agregó.
El ministro también señaló que se trata de un acuerdo «radicalmente diferente de todos los que históricamente se tuvieron con el FMI», ya que reiteró que «no hay quita de derechos ni a trabajadores ni a jubilados», se «expande la inversión en infraestructura y conocimiento» y se logra «poner por delante a los intereses de la economía real».
«Sin un acuerdo era imposible pagar. Y no pagar implicaba que no hubiese financiamiento en Argentina. Implicaba caída de la producción, el empleo y efectos desestabilizantes sobre el tipo de cambio. Implicaba ajuste. Nuestra responsabilidad era dar tranquilidad y certeza de rumbo», sentenció.