Buenos Aires, 30 dic (EFE).- La estrechez económica que padece Argentina no condiciona en absoluto la política exterior del país, aseguró en entrevista con EFE su canciller, Santiago Cafiero, quien aboga por la supresión de las sobretasas de los países que están endeudados con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
«Nosotros creemos que hace falta discutir muchos de estos mecanismos que no están siendo acorde con lo que ha sucedido en el mundo de 2008 hacia delante”, manifestó el ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto argentino, en alusión al funcionamiento de las instituciones de Bretton Woods, creadas en 1944.
Organismos internacionales como la FAO y la Unicef vienen alertando del aumento de las hambrunas en el mundo desde 2015, un problema se ha agravado con la pandemia y la guerra en Ucrania, «y, sin embargo, de Bretton Woods en adelante, el FMI no ha cambiado sus normas en un mundo totalmente cambiado», señaló Cafiero.
«Nosotros sostenemos la necesidad de que se revise la política de sobretasas del FMI», que representa una crisis recurrente de deuda para países como Argentina o Ecuador. «Se castiga y se penaliza al que tiene problemas (…) Necesitamos una mirada distinta con respecto a esto», enfatizó.
En enero de este año, Argentina llegó a un acuerdo con el FMI para refinanciar durante dos años y medio los vencimientos de capital y los intereses de los 44.000 millones de dólares que recibió el Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019) como rescate financiero en 2018.
Pero el monto de los intereses de la deuda ha subido más de un 50 % en dólares desde marzo pasado, ya que se aplican sobrecargos cuando el saldo deudor de un país supera el límite equivalente a 187,5 % de la cuota en el FMI y éste se mantiene por cierto límite de tiempo.
Respecto a la actual situación económica del país, el canciller explica que «Argentina atraviesa hoy una situación heterogénea: dos años de crecimiento económico consecutivo, con proyección de que el próximo año sea el tercero. O sea, en una presidencia de cuatro años, vamos a crecer tres, y en el otro hubo pandemia».
«El gran problema que tiene la región es su nivel de deuda, la poca capacidad fiscal de la región para afrontar los impactos de los precios, (o para financiar) los proyectos en minerales estratégicos o en recursos naturales (…), tenemos niveles de deuda por encima del 80 % y eso, evidentemente, termina constituyendo un cepo al desarrollo regional», aseveró Cafiero.
«Argentina no está exenta de esto», aunque «en la negociación 2020 que hicimos con los fondos privados le ahorramos a la Argentina 37.700 millones de y ahora con un nuevo programa con el FMI intentamos estirar los plazos del cronograma de pagos que teníamos».
Y para 2023, Argentina se propone potenciar aún más la integración regional: «El desafío que tenemos por delante es identificar cadenas de suministros seguras y justas en nuestra región».
«Por ser la zona más densamente poblada del mundo con más años en paz, América Latina representa una oportunidad. Le tenemos que agregar el capítulo de la Justicia, porque tienen que ser cadenas de suministros seguras pero justas. Ése es el desafío», enfatizó Cafiero.
Por Manuel Fuentes