Lima, 4 sep (EFE).- Numerosas y generosas becas que permitan dar acceso a una educación superior de calidad, figuran entre las pocas opciones que pueden ayudar a Perú a superar no sólo su histórico desequilibrio en el acceso a la formación, sino el grave daño que la COVID-19 está causando a las esperanzas de los estudiantes.
A falta aún de conocer los datos oficiales, se estima que el inicio del nuevo ciclo estudiantil, que en Perú coincide con la llegada de la primavera austral, agravará aún más una situación que ya llevó a que se tripliquen los niveles de deserción universitaria y se duplique la morosidad en el pago de las tasas.
«Lo que vemos es que las cifras de estudiantes han retrocedido. Sabemos que pasado ciclo un 15 % de los alumnos dejó sus carreras y un 30 % fue moroso. Y a este ciclo que arranca ahora, los que tienen deudas no se podrán matricular… Eso responde a los 6 millones de personas que se quedaron sin empleo, los estudiantes o sus padres, y así mucha gente más está en riesgo», indicó a Efe Verónica Roca Rey, líder del programa de Becas del Banco de Crédito del Perú (BCP).
RETO EDUCATIVO
En Perú, solo 3 de cada 10 jóvenes tiene acceso a una educación superior, que para los estándares del país es muy cara, pese a que, según las encuestas, el 70 % de los adultos aspira a contar con una formación técnica o profesional.
Este deseo está detrás de propuestas como la iniciativa de becas del BCP, un programa en marcha desde 2012 pero que para este ciclo busca multiplicarse y otorgar ayudas a 175 estudiantes de escasos recursos.
«Está claro que la educación, y la educación de calidad, es la forma más certera para llegar al objetivo de romper los círculos de pobreza, y nos permite alcanzar todo el potencial de la sociedad. En eso nos enfocamos, porque sabemos que podemos cambiarle la vida a las personas, y más ahora, que sabemos que la demanda va a ser muy alta», indicó Roca Rey.
Este esfuerzo permitirá estudiar licenciaturas universitarias o carreras técnicas, con apoyo económico, manutención, seguros médicos, ayudas para dotarse de computadores portátiles y seguimiento psicológico para que la adaptación de los estudiantes de extracción social poco favorecida a un entorno distinto al suyo sea completa.
«Hay que dar oportunidad a jóvenes con talento y ganas a poder acceder a esta educación y desarrollarse a su máximo potencial», remarcó la representante del BCP.
NECESIDAD EVIDENTE
Jhoully Moreno, una joven licenciada en Administración que en 2015 recibió una beca del BCP, consideró que este tipo de ayudas son una necesidad evidente, más aún en un tiempo de pandemia que «ha sacado a relucir las deficiencias» más notorias del país.
«Una de las más graves es la educación. No hay recursos o herramientas para avanzar. Muchos no tienen para pagar Internet, y entonces, si no tienes acceso ni recursos, te ves truncado. Se tienen ganas, hay gente con talento que quiere seguir superándose, pero lamentablemente no tienen los recursos», razonó.
En ese sentido, Moreno subrayó que en Perú todavía es necesario que tanto el Estado como el sector privado sea consciente de que la «la educación es importante para el progreso del país, y no es un gasto, sino una inversión que dará fruto en el futuro».
Además, según ella, los estudiantes becados son más susceptibles de adquirir «los compromisos de hacer algo» y no solo quedarse con lo que recibieron, sino «retribuir», un aspecto esencial en un entorno en el lo que hacen falta «agentes de cambio».
«Posicionarnos, hacer reformas por el bien de todos, emprender, ayudar, o seguir aportando… Sí siento que no es que un programa de becas nos haya puesto esa la mentalidad, pero sí que al ir creciendo en el entorno vemos el rol importante de la educación», acotó.
LOGRAR OBJETIVOS
Para Sebastián Panta, estudiante de Electrónica y Automatización Industrial, la existencia de programas de becas constituye «una gran oportunidad para conseguir objetivos» que de otra forma serían «difíciles de obtener».
«Económicamente hablando la ayuda es evidentemente para bien. Mis padres no podrían cubrir los costos de mis estudios. Y también es importante el apoyo moral que se nos da», comentó.
Según Panta, uno de los aspectos claves de las becas es que son una respuesta para quienes «buscan oportunidades y hacen el esfuerzo de conseguirlas», lo que en sí mismo «ya permite ver un fruto».
«Apuestan por gente con ganas», remarcó.
En ese sentido, este estudiante reclamó que otras empresas privadas tomen ejemplo de programas como el del BCP o de iniciativas públicas, «pues si tienen posibilidades de hacerlo, les va a servir».
«Los becarios somos chicos con ganas, y queremos salir a comernos el mundo, capacitados y capaces. Apoyarnos es importante (para que) en esa parte nadie se pierda», culminó.