Bogotá, 23 sep (EFE).- En los Cerros Orientales de Bogotá hay un pequeño lugar donde los niños y adolescentes afectados por el conflicto armado colombiano llegan para tener voz y voto, para salir de la espiral de violencia que afecta algunas regiones del país, como el Catatumbo, Arauca o Guaviare.
Ese es el Colegio Benposta, que en palabras de su director, José Luis Campo, pretende «generar espacios de seguridad donde los niños y las niñas sin importar su condición social ni su origen puedan construir su proyecto de vida con garantías».
«En ese marco una de las situaciones que más afecta es la problemática que viven las regiones y los riesgos en regiones como el Catatumbo, Arauca y Guaviare por distintas lógicas, entre ellas el abandono histórico del Estado donde los niños y niñas se ven sometidos a situaciones de riesgo que les impiden soñar, que les impiden desarrollar sus objetivos de vida», añade a EFE Campo.
En las instalaciones del colegio hay habitaciones, un teatro, muchos animales y decenas de niños que desarrollan allí sus proyectos de vida, pues el objetivo, según el director, es que ellos estén en un ambiente «que les reconoce como sujetos».
Por esa razón «ellos son los protagonistas de su propia historia: hay una estructura que no solamente es operativa, el autogobierno significa ceder poder, ellos y ellas son los que organizan y deciden», manifiesta. Apoyo fundamental
En este contexto, el colegio Benposta ha recibido un apoyo clave que le ha permitido crecer y brindar mejores condiciones de vida a sus alumnos, el de la ONG española Mano a Mano, fundada en 1994 gracias a la iniciativa de empleados de Iberia que pretendían aprovechar los recursos de esa aerolínea para enviar ayuda humanitaria a países en vía de desarrollo.
En una visita hecha este sábado, la ONG contó con el apoyo de una de sus voluntarias, la actriz Andrea Guasch, quien donó parte del premio que obtuvo al ganar una gala del programa de televisión «Tu cara me suena» para el trabajo de Mano a Mano con Benposta.
«Una de las cosas bonitas que tiene el programa es que cuando ganas puedes donar dinero. No tenía ninguna duda de que debía donar a Mano a Mano», dice a EFE la también cantante.
Guasch agrega: «Me propusieron varios sitios donde donar y cuando me contaron lo de Benposta, se me cayeron las lágrimas y dije que bonito que exista esto, un sitio donde tantos chavales estén cuidados y entre ellos también se cuidan y todos aprendiendo».
Para Guasch, este trabajo y poder visitar Bogotá con su colega Elena Martínez, también involucrada en la iniciativa, es importante porque da visibilidad a proyectos que ayudan a gente que vive momentos tan difíciles. Valijas de sueños
Otro de los aliados del proyecto es precisamente Iberia, que se encarga de traer a lugares como Colombia las donaciones que hace Mano a Mano, como la de 40 computadores que desde hace un tiempo aprovechan los niños de Benposta.
«En este caso son 40 computadores, nosotros trabajamos muy estrechamente con Mano a Mano, una ONG que trabaja con Iberia desde hace muchos años. Lo que hacemos con ellos, y gracias a su colaboración, es traer material en nuestros aviones que es necesario en lugares como Benposta», dijo a EFE el director corporativo de Iberia, Juan Cierco.
El ejecutivo agregó que «lo que van necesitando y nos van pidiendo, a través de los aviones lo traemos directamente para que luego puedan ellos trabajar con ese material».
Por eso recordó que en Madrid hay «decenas de cajas de libros que queremos traer», algo que aún no han cumplido porque «por una cuestión burocrática, tenemos que llenar unos papeles, más de los necesarios».
«Desde aquí hago un llamamiento para que se acelere el trámite burocrático», dijo Cierco, y concluyó valorando el compromiso con la «innovación y tecnología» que tiene la aerolínea con estas iniciativas.