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23 de noviembre de 2024

Blades critica que las protestas no atacan al sistema corrupto que hunde a Panamá

Ciudad de Panamá, 18 jul (EFE).- El cantautor y activista panameño Rubén Blades criticó este lunes que las huelgas y protestas que se desarrollan desde hace más de dos semanas en Panamá, según él, no apuntan al sistema político corrupto «que destruye moral y económicamente» al país

En un escrito, el artista y exministro de Turismo opina que «equivocadamente» se han catalogado las «manifestaciones y desórdenes públicos» que impulsan grupos gremiales y sindicales como un «despliegue de virtud y despertar cívico».

Las huelgas y protestas «no constituyen un ejemplo de la ira de un pueblo cansado de ser abusado por sus gobernantes, ni son una expresión de cansancio y crítica cívica ante la corrupción política. (…) el pueblo no ha exigido lo que en verdad necesitamos: la sustitución del corrupto y desfasado paradigma político que nos destruye moral y económicamente», dijo Blades en un escrito.

Los reclamos presentados por los que protestan en unas mesas de negociación con el Gobierno de Laurentino Cortizo «son de índole económica, demandando subsidios, congelamientos de los precios de alimentos y de medicinas, y reclamando aumentos salariales que ayuden en estos tiempos difíciles».

Blades reflexionó sobre el hecho de que «a pesar de que la profunda crisis» de Panamá «requiere de soluciones más complejas, los quejosos no han planteado la necesidad de eliminar y reemplazar al sistema imperante, al clientelismo político y a la inoperante estructura administrativa que lo sostiene. No se ha señalado la causa real del conflicto».

«La realidad es que vivimos bajo un paradigma administrativo que ha institucionalizado a la corrupción, creado leyes que inmunizan y protegen a funcionarios públicos corruptos, con un sistema Legislativo y Judicial dañado, actuando en consorcio para amparar y sostener la continuidad del mal que controla al país».

Se trata de «‘status quo’ custodiado por la indiferencia y complicidad de un electorado con más de 1.700.000 de votantes inscritos como clientes de la partidocracia, y otro 30 % aproximado de ‘ciudadanos’ a los que les importa un carajo siquiera votar, mucho menos convertirse en parte de la solución al problema»

Ni siquiera la «versión» panameña de la izquierda, que domina los principales sindicatos y organizaciones sociales que impulsan la protestas, ha considerado, a juicio de Blades, «un cambio estructural administrativo (…) Imagínense lo jodida que está la vaina en Panamá si ni a los ‘comunistas’ les interesa seriamente llegar al poder».

Es por este contexto que Blades considera que este capítulo terminará «como siempre», con un Gobierno que «‘para preservar el orden social y atender las justas demandas del país’ contraerá nueva deuda y se la dejará al próximo, dándole a los quejosos lo que piden».

«La gente se irá a sus casas, se abrirán las calles, y volverá ‘el orden’, ese estado de cosas que también incluye y define al constante desgaste partidista, la perenne pérdida de oportunidades, la continua inseguridad pública, la consistente mediocridad y la eterna trampa del ‘juega vivo’ y del ‘pásame algo'», expresión con pesimismo Blades.

Los bloqueos de varias vías del país, que han causado desabastecimiento de algunos alimentos y de combustible en los centros urbanos, continuaban este lunes en Panamá, cuando una de las dos alianzas sindicales rompió unos acuerdos alcanzados el domingo con el Gobierno que incluían estabilizar en 3,25 dólares el galón (3,78 litros) de combustible.

La gasolina de 95 y 91 octanos y el diésel se venden actualmente en más de 5,20, 4,79 y 4,74 dólares el galón, tras haber superado los 6 dólares semanas atrás.

Al alza del combustible se atribuye la subida de los alimentos, medicamentos y transporte en Panamá, un país considerado el tercero más caro del continente americano, según una encuesta internacional publicada recientemente.

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