Santiago de Chile, 13 abr (EFE).- El presidente de Chile, Gabriel Boric, dijo este jueves que la delincuencia y el crimen organizado «no aparecen de la noche a la mañana», pero que el Gobierno combatirá el aumento de la violencia que vive el país «sin tregua y con todas las instituciones».
«Estamos haciendo lo que se dejó de hacer durante mucho tiempo. La delincuencia y el crimen organizado no aparecen de la noche a la mañana ni en un año. Es un germen que desgraciadamente se va cultivando por la inactividad en diferentes dimensiones», indicó Boric desde las regiones norteñas de Arica y Parinacota.
«Esta no va a ser una lucha fácil, pero la vamos a dar sin tregua y con todas las instituciones», añadió el mandatario, un día después de que tres agentes del cuerpo policial de Carabineros resultasen heridos de bala en un operativo en Santiago.
Chile, uno de los países más seguros de la región, vive un aumento de la violencia, que en el último mes ha dejado tres agentes muertos en distintos procedimientos.
De acuerdo a la Subsecretaría de Prevención del Delito, en 2022 se registraron 934 homicidios, lo que supone un aumento del 34,33 % con respecto al año anterior, cuando hubo 695 homicidios.
La oposición de derecha acusa al exlíder estudiantil de supuestamente haber sido tibio en el combate a la delincuencia al inicio de su mandato.
«Invito a todos los sectores políticos a sumarse a esta cruzada y no tratar de sacar provecho. Cada pelea, ataque, palabrota u ofensa que nos hacemos entre nosotros, es debilitamiento del Estado», agregó Boric.
Los asesinatos de los tres policías aceleraron la aprobación hace justo una semana de la polémica ley «Naín-Retamal», que da más margen de maniobra en el uso de armas de servicio y que establece que en caso de que un policía o militar utilice sus armas de servicio se presumirá que han sido «correctamente empleadas» cuando actúen en defensa propia.
La norma, impulsada por la oposición y bautizada por sus detractores como «ley de gatillo fácil», fue criticada por expertos penalistas y por Naciones Unidas.
Los crímenes también empujaron al Gobierno chileno a tomar también una serie de medidas para combatir la delincuencia, como la intervención de los 30 municipios con mayor número de homicidios.