San José, 11 dic (EFE).- Brasil liderará a medio plazo la producción agrícola mundial gracias a las innovaciones que hacen posible la obtención de hasta tres cosechas anuales, afirmó este viernes el exministro de Agricultura Alysson Paolinelli.
El exministro explicó que tras implantar con notable éxito la doble cosecha anual (soja en verano y maíz en invierno) se están aplicando ya tecnologías (amortizables en tres años), principalmente de irrigación, que permiten lograr incluso entre dos y media y tres cosechas anuales, según el producto, y que son amortizables en tres años.
Este logro, junto con otros avances, es el que, según Paolinelli, permite que Brasil se ponga al frente del proceso productivo agrario del planeta, lo que, añade, garantizará la seguridad alimentaria del mundo en 30 años.
Paolinelli, de 84 años y ministro de agricultura de Brasil de 1974 a 1979, asistió este viernes como invitado al Comité Asesor de Comunicación del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), que se reunió de manera virtual.
Este experto es en la actualidad presidente ejecutivo de la Asociación Brasileña de Productores de Maíz (ABRAMILHO), el cereal de mayor demanda mundial y del que Brasil produce unos cien millones de toneladas al año. Asimismo, es consejero (director) independiente de la tecnológica agrícola Verde Agritech PLC.
El brasileño, ingeniero agrónomo de profesión, además de agricultor y ganadero, fue el impulsor del modelo de agricultura tropical sustentable que convirtió al país suramericano en una potencia agroalimentaria global tras la crisis del petróleo.
Paolinelli explicó hoy cómo puso en marcha una «auténtica revolución verde» que inició la transformación de Brasil a partir de la tecnología tropical, que se plasmó especialmente en la rehabilitación integral del suelo de El Cerrado (una amplia ecorregión de sabana tropical de casi dos millones de kilómetros cuadrados).
Con ello se materializó una recuperación biológica que llevó al país de importador a exportador de productos de gran valor, como soja, maíz, algodón, carne y leche, hasta lograr que hoy en día exista un saldo comercial positivo de 75 millones de dólares.
Destacó también que en la actualidad el Estado muestra una preocupación «de hacer lo que hicimos en los años 70 de poner la ciencia en primer lugar», porque a su juicio la ciencia, la tecnología y la investigación tienen que ser dirigidas a los paisajes bioclimáticos tropicales (biomas), reproduciendo así lo efectuado en su momento en El Cerrado.
Para ello propugnó una clara definición de los límites de uso de los biomas, para no degradar sus recursos naturales, y la determinación de si existe la posibilidad de obtener producciones sin sacrificarlos. Igualmente, defendió la integración de los bosques con la actividad pecuaria, aplicando para ello tecnologías que eliminan la degradación de las áreas de pastoreo.
«El Gobierno debe propiciar una agricultura tecnificada y competitiva en vez de una agricultura extractiva», preconizó el también Premio Mundial de Alimentación 2016 y gran modernizador de la Empresa Brasileña de Pesquisa Agropecuaria (Embrapa).